Después de unos años de discrepancias con la administración y de escasa presencia por la falta de representación oficial, la agricultura ecológica de la comunidad abre una nueva etapa tras la elección, el pasado mes de julio, de un nuevo comité, que por primera vez es de derecho público ---tiene autonomía de funcionamiento como cualquier denominación de origen--. Entre sus líneas de actuación, enumeradas en un plan estratégico para el periodo 2014-2020, destacan el apoyo a la producción, a la formación y a la investigación para recuperar variedades autóctonas, el impulso a la comercialización y el fomento de la incorporación de mujeres al sector.

José Miguel Sanz, presidente del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE), reconoció que el 80% de los operadores son cerealistas de secano de trigo duro, la variedad más demandada por la industria semolera y de pastas alimenticias, y de la que se exporta el 70% al centro y el norte de Europa. Según los datos del CAAE, en Aragón actualmente hay casi 49.000 hectáreas de cultivos ecológicos --frente a las 61.723 hectáreas del 2011, aunque llegó a alcanzar las 72.000--, con 691 productores. En el sector ganadero están registradas 555 cabezas de vacuno, 9.845 de ovino, 1.741 de porcino y 13.290 en avícola, así como 70 colmenas. También hay 156 industrias relacionadas con la producción vegetal y 11 con la animal.

El consejero de Agricultura, Modesto Lobón, subrayó que la agricultura ecológica "es un nicho de mercado emergente y, como tal, hay que apoyarlo". En este sentido, recordó que su departamento ha concedido ayudas directas en el marco del programa de Desarrollo Rural, a través de las agroambientales --con más de 2 millones de euros anuales-- y en materia de promoción exterior --650.000 euros al año--, además de ayudas indirectas para el fomento de la competitividad, la calidad de productos o la formación. "En el periodo 2014-2020 se van a mantener y además la nueva Política Agraria Común (PAC) aporta un 30% dentro del greening", añadió.

LA DEUDA

Aunque Lobón dijo no querer acordarse "de tiempos pasados", el nuevo CAAE hereda una deuda con la DGA de 182.000 euros procedente de la gestión de la junta anterior, tras cobrar indebidamente subvenciones de la Unión Europea. "Ahora mismo no la podemos asumir, hay que ver cómo la devolvemos", dijo Sanz, aunque Lobón dio por hecho que ya hay un acuerdo para pagarla "en plazos cómodos y digeribles que no comprometan al comité".