El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente chino, Xi Jimping, sellan este miércoles un acuerdo nuclear sin precedentes entre China y Gran Bretaña.

Con este contrato, se prevé la construcción de una central nuclear nueva en la localidad británica de Hinkley Point, sustituyendo a la actual central que se encuentra en un estado ruinoso.

EDF Energy, la empresa subsidiaria que se dedica a la producción de energía eléctrica en Gran Bretaña y Francia, prevé que el coste final de la construcción se sitúe en casi 25.000 millones de euros. CGN, el grupo estatal chino que se dedica a la energía atómica correrá con gastos por valor de más de 8.000 millones de euros.

CRITICAS AL ACUERDO

Además, el acuerdo hace referencia también a una amplia cooperación con China en las centrales nucleares de Sizewell y Bradwell. De momento, solo el proyecto de la central de Hinkley tiene fecha límite. Previsiblemente, la central empezará a funcionar en el 2025.

Sin embargo, la nueva construcción de la central no contenta a todos los británicos. A pesar de que el Gobierno conservador de Cameron ha prometido la creación de 25.000 empleos nuevos, también ha sido criticado por el establecimiento del precio por megavatio. El megavatio-hora costará casi 126 euros, el doble de lo que ahora cuesta la electricidad que produce Hinkley.

MEJORA DE RELACIONES

Si bien la visita del presidente chino a Gran Bretaña ha sido recibida con numerosas protestas de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, también ha supuesto el establecimiento de unas relaciones políticas y geostratégicas entre los dos países muy provechosas.

El primer minístro británico no ha tardado en calificar el encuentro de "inicio de una era dorada". Durante el cuarto y último día de la visita, se espera que entre China y Gran Bretaña se firmen acuerdos por más de 42.000 millones de euros.