La llamada cuarta revolución industrial o industria 4.0 se abre paso. La firma aragonesa Thermolympic ha asumido el reto de adentrarse en este concepto clave que supone la digitalización de las fábricas. Esta firma familiar, que tiene su centro de producción en Utebo, cuenta con una amplia experiencia en el campo de la inyección de termoplásticos así como en el diseño y construcción de moldes, principalmente para la industria del automóvil. Lejos de quedarse anclada en el pasado, hace unos años que emprendió un proceso de cambio para estar en la vanguardia de su segmento, lo que ha significado una constante inversión en renovación de maquinaria. En definitiva, la compañía camina sin complejos hacia la fábrica del futuro.

La empresa nació en 1991, pero su origen se remonta al año 1971. Su fundador es Urbano Millán, que siendo un trabajador veinteañero de una empresa de inyección de plástico decidió emprender su propio negocio en este mismo sector. Ese proyecto empresarial está hoy en manos de sus hijos: Jorge Millán, director de Operaciones de Thermolympic, y Rebeca Millán, al frente del área de Administración. Esta segunda generación ha sabido relanzar la compañía en un sector altamente competitivo.

Actualmente, el 85% de las ventas de la empresa procede del sector de la automoción y otro 10%, del menaje industrial. En el primer campo, la planta zaragozana es un proveedor del segundo nivel (Tier 2) y cuenta con una cartera de clientes muy distribuida. Así, las piezas que fabrica están presenten en múltiples marcas como Opel, Renault, Volkswagen, Audi, Seat, Ford, Nissan y Mercedes. En total, su producción supera las 10 millones de piezas al año, de las que el 75%-80% se destina, directa o indirectamente, a la exportación.

La crisis no ha hecho mella en la evolución de esta pyme industrial gracias en buena medida a las inversiones realizadas en el pasado, que dotaron a la fábrica de una fuerte automatización de procesos. "En los últimos años nos ha ido bastante bien, las inversiones han dado sus frutos", destaca Jorge.

I+D, calidad y formación

La empresa cerró el 2014 con una facturación de unos 9 millones de euros, un 5% más que un año antes. Las previsiones para el 2015 apuntan a una cifra similar de crecimiento y las perspectivas a medio y largo plazo son también halagüeñas. "Somos muy optimistas. De cara al futuro queremos potenciar nuestra presencia en clientes actuales y ganar cuota de mercado", señala.

Su centro de producción está en el polígono El Águila de Utebo, donde dispone de 8.000 metros cuadrados construidos. Allí trabajan 70 personas (el 55% mujeres), una plantilla que se ha mantenido estable en los últimos años.

La empresa ha interiorizado su apuesta por dar un salto a la era digital. "Todo el equipo de Thermolympic está convencido que nos hayamos frente a una revolución industrial, el concepto de industria 4.0 para nosotros no es el futuro es el presente, no es una opción es una necesidad", subraya Jorge Millán. Por ello, la empresa está desarrollando una actividad pionera dentro del concepto de pyme de inyección de plástico tradicional en materias como big data, internet de las cosas, robots autónomos, realidad aumentada o fabricación aditiva. También investiga con materiales plásticos biodegradables, reciclados o inteligentes.

Otros emblemas de la compañía son su apuesta por la responsabilidad social corporativa, el respeto al medio ambiente, la calidad y la I+D+I. Es por ello, que Thermolympic está implicada en numerosos proyectos, entre los que destaca el programa europeo Facts4workers, que busca la mejora de la satisfacción del trabajador a través de las TIC.