Informe de perspectivas económicas

La OCDE certifica el frenazo de la economía y exige medidas "urgentes"

La organización estima un PIB mundial del 3% este año y del 3,3% en el 2017. Dice que el proyecto europeo peligra por la crisis de refugiados y el rechazo a la austeridad

EVA CANTÓN

El diagnóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el estado de salud de la economía mundial deja poco margen para el optimismo. La recuperación se hace de rogar y, en vísperas de la reunión que los miembros del G-20 celebrarán en Shanghái, la OCDE considera "urgente" adoptar medidas para estimular la demanda, cuya debilidad se traduce en una baja inflación, menores salarios y poco empleo. En su último informe de perspectivas, que se centra en las economías del G-7 más China, la India y Brasil, el organismo con sede en París certifica el frenazo del crecimiento debido a los malos datos de los países desarrollados y al parón de los emergentes.

Su pronóstico es que el PIB mundial crecerá el 3% este año y el 3,3% en el 2017, tres décimas menos respecto al cálculo realizado el pasado mes de noviembre, lo que supone el menor ritmo de crecimiento en cinco años. Estados Unidos lo hará un 2%, cinco décimas menos que hace tres meses por los malos datos de la última mitad del 2015. En el caso de China, la OCDE mantiene la previsión del 6,5%, aunque el gigante asiático se ha ralentizado por la transición de su economía hacia el sector servicios.

REFORZAR LA DEMANDA "La política monetaria de los bancos centrales ha alcanzado sus límites para relanzar el crecimiento", avisa la OCDE tras constatar que en algunos países hay margen para reforzar la demanda a través de la política presupuestaria. La zona euro, que registrará un crecimiento del 1,4% en el 2016 y del 1,7% el año próximo, cuatro y dos décimas menos, respectivamente, que lo pronosticado hace tres meses, sigue siendo motivo de preocupación. La previsión es que Alemania pierda medio punto porcentual y su crecimiento se sitúe este año en el 1,3%, Solo una décima más del calculado para Francia.

El informe subraya que, mientras en los países que han aplicado reformas se está viendo una "expansión relativamente rápida", el núcleo de la eurozona solo tendrá una tasa de crecimiento similar a la de principios del 2008, justo antes del estallido de la crisis internacional.

"FUERZAS CENTRÍFUGAS" Además, la OCDE teme que la eurozona se estanque en bajos niveles de crecimiento que lastren la inversión e impidan el despegue de la productividad y la generación de empleo, pese a haberse beneficiado de los bajos precios del crudo y de las políticas de estímulo del BCE. Tampoco el llamado plan Juncker, una inversión de 315.000 millones en los próximos tres años, se está aplicando al ritmo adecuado para ver sus efectos en el crecimiento. Un PIB bajo, avisa la OCDE, "generará un feedback negativo con el sector bancario", como se ha visto en las bolsas.

A ello se añaden retos que afectan al mantenimiento del proyecto europeo, como la crisis de refugiados, las amenazas externas a la seguridad, la impopularidad de las medidas de austeridad y las fuerzas "centrífugas" existentes en algunos países. "Europa tiene que hablar con una sola voz para promover la unidad y el crecimiento", señala.

El club integrado por los 34 países más industrializados apuesta por políticas presupuestarias más enérgicas sumadas a reformas estructurales para favorecer la innovación y el aumento de la productividad, sobretodo en Europa.

"En la medida en que las administraciones de muchos países pueden acceder a préstamos a largo plazo con tipos de interés bajos es posible una política presupuestaria expansionista destinada a reforzar la demanda preservando la viabilidad de las finanzas públicas", señala Catherine Mann, economista jefe de la OCDE.

A la vista de los recientes descalabros observados en las bolsas mundiales, la organización alerta del riesgo de inestabilidad financiera y de la creciente vulnerabilidad de algunas economías emergentes, expuestas a los flujos de capitales y una elevada deuda interna. Según la OCDE, las políticas monetarias deberían ser expansionistas en los países industrializados hasta que la inflación alcance los objetivos oficiales.

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