En el 2018 se instalaron en España 261,7 megavatios de energía fotovoltaica, de los cuales 235,7 pertenecían a instalaciones de autoconsumo energético, casi el 100% más que un año antes. El autoconsumo fotovoltaico comienza a ver la luz después de una caída de más del 81% en el precio de los paneles en los últimos 10 años y se espera que en el 2019 viva su despegue definitivo con la instalación de entre 300 y 400 megavatios. ¿El motivo? El cambio regulatorio del pasado octubre hizo desaparecer las cargas y las barreras administrativas que ralentizaban los procesos, abrió la puerta al autoconsumo compartido (entre vecinos, por ejemplo) y, en pocos días, se añadirá la posibilidad de vender energía a la compañía eléctrica a través de un descuento en el recibo.

Pero ¿qué es el autoconsumo eléctrico? Consiste en producir energía -de forma individual o con el vecino- para el propio consumo gracias a la instalación de placas solares en el tejado. ¿Qué beneficios tiene? Utiliza un recurso natural infinito, gratuito y limpio, por lo que no contamina, y además reduce la factura de la luz en torno al 30% (el 70% en el caso de contar con baterías, pero este sistema es más caro y no está excesivamente desarrollado).

La empresas quieren aprovechar esos ahorros, al igual que las administraciones públicas. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, ha anunciado la instalación de placas en 51 edificios municipales, lo que le supondrá un ahorro de 117.000 euros anuales, y en Aena acaban de aprobar la instalación de paneles solares en los aeropuertos españoles para alcanzar un ahorro del 70% en el recibo de la luz.

¿Cuánto cuesta instalar estas placas en casa? Depende de muchos factores como el consumo, la rutina y el espacio. Las instalaciones actuales para un hogar están de media entre los 2.000 y los 10.000 euros y tienen una rentabilidad del 5%. Por ejemplo, para una casa con una factura de 700 euros anuales se requiere una inversión de unos 3.500 euros (IVA incluido), con el fin de lograr un ahorro medio de 300 euros (la factura sería de 400 euros).

Las primeras consecuencias del cambio regulatorio no tardaron en llegar. La multinacional sueca Ikea anunció la venta de placas solares en España. Y ya adelantan desde la empresa de que su producto tendrá «el precio más bajo del mercado». Cuando Ikea empiece a vender placas solares tendrá que competir con Leroy Merlin, que comenzó la semana pasada a ofrecer paneles fotovoltaicos a sus clientes. En su página web ya presenta los cuatro modelos disponibles (los más habituales) y estudia otros en función de las necesidades del usuario. ¿El precio? Entre los 7.000 y los 12.000 euros.

Pero no son las únicas empresas interesadas: un gigante de los electrodomésticos habitual en muchas viviendas españolas como LG Electronics ya incluyó hace un mes los paneles solares en su catálogo español. Las eléctricas tampoco se quieren perder la fiesta y, si bien llevaban un tiempo en el mercado, con la nueva regulación dieron un acelerón. Así, Iberdrola creó en el 2015 Smart Solar, una división con la que ofrece diseño a medida, montaje, tramitación administrativa, acceso a financiación, asesoramiento sobre el seguro, mantenimiento y monitorización a través de su página web. Endesa lanzó su propuesta un año más tarde, en el 2016, y Naturgy, más de lo mismo. Estas compañías, además, juegan con la ventaja de que también pueden ofrecer el suministro.

Holaluz quiere convertirse en referente para los clientes que opten por esta forma de producir y consumir energía. Venden ya entre tres y cuatro instalaciones diarias. Hasta los bancos se han interesado por este nicho de mercado y no suelen apostar a caballo perdedor. Uno de los primeros ha sido Sabadell Consumer Finance, que acaba de firmar un acuerdo con la distribuidora SotySolar.