En un escenario de ralentización global, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que la economía española siga frenando su recuperación, aunque se situará por encima de la media de la zona euro, que crecerá un 1,2% este año y un 1,4% en el 2020.

En su último informe de perspectivas, presentado ayer en París, vaticina para España un PIB del 2,2% este año y del 1,9% en el 2020, al igual que lo estimado por el Gobierno en la actualización del programa de estabilidad 2019-2022. El organismo augura un déficit del 2% este año por las favorables condiciones macroeconómicas, desde 2,48% el año pasado, también en línea con el Ejecutivo español.

España continuará creando puestos de trabajo, pero a un ritmo menor, cerrando el 2019 con una tasa de paro del 13,8% y del 12,7% en el 2020. Las condiciones financieras serán favorables y el empleo seguirá apoyando la demanda interna, principal motor del crecimiento, de igual forma que el aumento de los salarios tirarán del consumo.

La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, presente en el Foro de la OCDE, se mostró satisfecha por «el dinamismo y la resistencia» de la economía española en un contexto internacional complicado. La economía mundial crecerá un 3,2% este año y un 3,4% en el 2020 pero, en su informe, la OCDE advierte de que las tensiones comerciales entre EEUU y China suponen un lastre para el crecimiento.

Los expertos recomiendan al Gobierno cumplir con los objetivos fiscales a medio y largo plazo para garantizar la reducción de una deuda pública que sigue siendo abultada (96,5% y 95,7% en el 2019 y el 2020, respectivamente) y aprovechar cualquier sorpresa positiva en el crecimiento para rebajarla más rápidamente. También sugieren mejorar la eficacia del mercado laboral y la formación de los trabajadores para combatir el paro y las desigualdades. «Es clave aumentar el gasto en formación y en mejorar la coordinación de los servicios sociales y de empleo», sostienen.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, insistió en que España debe seguir adelante con las reformas iniciadas en la legislatura de Mariano Rajoy porque es ahora cuando se está viendo el resultado en la economía. «No hay nada nuevo bajo el sol. Hay que perseverar, porque hoy estamos viendo el beneficio de unas reformas que se hicieron hace seis años», explicó a la prensa.

LOS RIESGOS

Entre los riesgos que menciona la OCDE para la economía española figura la incertidumbre política y una expansión menor de la esperada en Europa y en los principales destinatarios de las exportaciones españolas. «El consumo privado podría ser menor si el ritmo de creación de empleo se ralentiza más de lo previsto o continúa la incertidumbre política», señala el organismo.

La desaceleración de los principales socios comerciales de la economía española tendrá consecuencias este año en el menor nivel de exportaciones, que no obstante repuntarán en el 2020. La inflación aumentará ligeramente manteniéndose en niveles bajos (1% en 2019 y 1,5% en 2020). El organismo recuerda que, aunque los presupuestos del 2019 no salieron adelante en el Congreso, algunas de las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno son ligeramente expansionistas y estimulan la demanda interna pero que será necesario sanear las cuentas públicas dado su alto nivel de deuda. Además, cree que hay margen para cambios en el sistema impositivo para aumentar el crecimiento y reducir las desigualdades. «Los impuestos siguen escorados hacia las rentas del trabajo, penalizando el crecimiento y el empleo», advierte.