Un cúmulo de factores han llevado al colapso de Thomas Cook. Desde la compañía se echa la culpa a la inestabilidad política de algunos de sus destinos como Turquía o Túnez, a la ola de calor en verano, la caída de la libra esterlina y el retraso en las reservas de viajes de los turistas ante la incertidumbre del ‘brexit’. Pero los más graves problemas del gigante turístico británico han sido sobre todo internos y conocidos dese hace tiempo.

DEUDAS Y MODELO OBSOLETO

La compañía ya estuvo al borde del colapso hace ocho años, cuando contaba con 2.000 millones de deudas en su haber. Hubo entonces una inyección de dinero por parte del Banco de Escocia y de los accionistas, a los que se pidió 425 millones de libras para reformar la firma y hacerla más competitiva de cara al futuro. Thomas Cook, con 105 aviones propios y 200 hoteles, ofrecía destinos a una quincena de países. Se había especializado en paquetes de vacaciones con todo incluido, un modelo, muy popular durante una época, pero que se había quedado obsoleto, en la era de las aerolíneas a bajo coste y la posibilidad de reservar uno mismo alojamiento en internet.

QUIEBRA INEVITABLE

El dinero de bancos y accionistas se esfumó sin lograr solventar la crítica situación del turoperador. En agosto Thomas Cook anunció que había encontrado la manera de hacer frente a los problemas para sobrevivir. Uno de sus grandes inversores, el grupo chino Fosun, había accedido a un plan de rescate de 900 millones de libras. Ese dinero no fue suficiente y la pasada semana pidieron a los bancos otros 200 millones más, para evitar el colapso. Las conversaciones se prolongaron hasta el domingo, pero ese nuevo préstamo fue rechazado. La quiebra fue inmediata e inevitable.

El gobierno británico ha pedido una urgente investigación sobre cómo la dirección de Thomas Cook ha gestionado todas esas sumas de dinero. El director ejecutivo de la firma, Peter Frankhauser, lamenta hoy “profundamente”, el colapso, sin asumir de momento responsabilidad personal alguna. Frankhauser, según ha trascendido, ha cobrado ocho millones de libras en los últimos cinco años, a pesar de la crisis interna de Thomas Cook.