«Ya somos 800 empleados y aún creceremos un poco más», ha asegurado Javier Pardiño, director de la planta de Becton Dickinson (BD) de Fraga, durante su participación en un coloquio del Foro ADEA en Zaragoza, donde ha explicado cómo esta fábrica se ha hecho «muy visible» a raíz la pandemia por ser una de las mayores productores mundiales de jeringuillas y formar «parte de la coalición de las vacunas» con uno de los dispositivos ideales para no perder dosis.

El también director europeo de Manufactura de BD no aludió a la inversión de 165 millones de euros que la multinacional estadounidense anunció la semana pasada para la instalación en Zaragoza de su nueva fábrica europea. Su intervención se centro en dar cuenta del crecimiento, la innovación y las perspectivas de futuro que tiene la factoría oscense, que cuenta con una capacidad de producción de 6.000 millones de unidades al año (3.000 jeringas y 3.000 agujas). La plantilla se ha incrementado en más de un centenar de empleados a lo largo del últimos año, sobre todo tras la incorporación de un quinto turno de trabajo hace varios meses.

«Las jeringuillas que veis todos los días en los telediarios son las que se hacen en Fraga, de lo cual nos sentimos orgullosos», afirmó Pardiño, quien hizo un repaso al recorrido histórico seguido por la planta hasta la actualidad, que dispone «de todo aquello que debe rodearte para poderte posicionar en el mercado de una manera eficiente», apuntó.

Todo empezó con Manuel Jalón

El origen de todo está en el emprendedor zaragozano Manuel Jalón, conocido por ser el inventor de la fregona, pero también de la jeringuilla desechable. «Vio que en el área del plástico había una oportunidad en el sector médico, hasta entonces solo se utilizaba el vidrio», explicó el directivo de BD. Así, en 1979 se puso en marcha en la capital de Bajo Cinca la empresa Fabersanitas Industrial, que en 1986 fue adquirida por Becton Dickinson. Entonces, no ha parado de crecer y de los 70 empleos iniciales ha pasado de tener 800, siendo uno de los grandes motores económicos de esta comarca.

La clave para innovar con éxito es, según Pardiño, una «mezcla» de talento natural y esfuerzo. «Naces con una visión y una capacidad de innovar, como es el ejemplo de Manuel Jalón, pero si no entrenas no es suficiente», apuntó. En el caso de BD, la principal motivación para mejorar procesos, productos y tecnologías es conseguir «la mejor calidad» a un «coste razonable» para poder vender a todos los países del mundo.

Así es como se ha posicionado en el mercado con un modelo de jeringuilla cuyo diseño con cánula integrada y bajo espacio muerto, lo que permite aprovechar «los famosos culillos» y obtener una sexta dosis de los viales de la vacuna del covid-19.

De cara al futuro, consideró que los objetivos son seguir mejorando las tecnologías de todos los procesos, ser sostenibles en el tiempo y retener el talento. «Es el gran reto. Hay dificultad para conseguir que gente buena se quiera quedar con nosotros en la planta», concluyó.