Después de horas y horas de duras negociaciones, el comité de trabajadores de la planta de Ferroatlántica del Cinca, en Monzón, ha conseguido alcanzar un preacuerdo con la dirección del grupo por el expediente de regulación de empleo (ere) que, inicialmente, afectaba a 63 empleados, y finalmente esa cifra quedará reducida a 42 trabajadores y 12 recolocaciones. El ere, definitivamente, afectaría a los once contratos de fijos discontinuos o 31 contratos indefinidos, según informaron desde el comité.

En cualquier caso, el acuerdo no es todavía definitivo y tiene que ser valorado por el total de la plantilla, cuya asamblea general está prevista para mañana en las instalaciones del complejo siderúrgico. Asimismo, el convenio también incluye un plan de inversiones en la planta montisonense, algo por lo que el comité luchó desde el primer día y era una de las principales condiciones para alcanzar el pacto. De hecho, el consejero de Industria del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, también manifestó su intención de reunirse con la dirección del grupo Ferroglobe para exigir lo mismo, planes de futuro.

Según la información transmitida por los trabajadores, la dirección se compromete a realizar durante los años 2021 y 2022 unas inversiones detalladas por valor de 595.000 y 625.000 euros, respectivamente. Se compromete a trasladar a Monzón 11.000 toneladas de silico manganeso afinado, lo que supone carga de trabajo para nueve personas. Por otro lado, dentro de esa paquete de promesas, Ferroglobe propone una inversión de 3 millones de euros en una planta para fabricar pasta Soderberg (un tipo de pasta electródica) que abastecería al grupo de unas 12.000 toneladas y que podría crear nueve empleos de producción y dos de mantenimiento. Eso sí, la iniciativa estaría condicionada a recibir ayudas del Gobierno y podría estar operativa en un plazo de tres años máximo.

En lo que respecta a las recolocaciones, seis de ellas tendrán su nuevo puesto en la planta cántabra de Boo, dirigidas concretamente a los empleados que cumplan 61 años en este año o el próximo. A estos, se les ofrecerá un contrato de relevo para volver a Monzón, donde pasarán a una reserva activa, pudiéndoseles requerir para trabajar en la planta. La no aceptación de estas condiciones supondrá entrar al ere con una indemnización de 40 días por año trabajado con 12 mensualidades de tope. Otras cuatro recolocaciones voluntarias serán en Sabón (Galicia) para personal de producción, y dos más en Madrid para personal de estructura.

Todos aquellos que opten por esta alternativa, se adherirán al convenio que esté estipulado en la planta de destino si tiene mejores condiciones, por el contrario, mantendrán el contrato que tenían en la planta de Monzón si es inferior. Además, se cobrará un complemento mensual de 625 euros mensuales en concepto de ayuda por desplazamiento mientras dure el mismo y con un límite de 24 meses. Las indemnizaciones serán de 40 días por año trabajado con un límite de 18 mensualidades. Asimismo, también se creará una bolsa de empleo con los trabajadores afectados por el ere con la que, si hay posibilidad de contrataciones indefinidas en Monzon, se ofrecerán a los desplazados en otras plantas y si la contratación es eventual se ofrecerá a los despedidos.