Miles de aragoneses han emprendido viaje en coche este fin de semana con destino a sus segundas residencias en zonas de playa o para ver a familiares que viven en otras comunidades, algo que llevan seis meses sin poder hacer por las restricciones de movilidad asociadas al estado de alarma, que finalizó el pasado domingo. Si han tenido que llenar el depósito se habrán encontrado con unos precios de los carburantes para los que parece que ya ha pasado el efecto del coronavirus. Aunque se abarataron de forma notable a raíz de la crisis sanitario, vuelven a estar por las nubes. Ya han recuperado los niveles prepandemia tras una progresiva subida que se ha intensificado desde el inicio de 2021. Eso sí, de la elección de una u otra gasolinera dependerá que puedan ahorrarse hasta 13,7 euros por repostaje.

Esta es la diferencia que existe actualmente entre el surtidor más barato y el más caro de la comunidad para la gasolina súper de 95 octanos, una de las más utilizadas por los conductores particulares, según los datos extraídos del geoportal de gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica. Las estaciones más económicas son, como viene siendo habitual, las gestionadas por supermercados, que utilizan el carburante como gancho para atraer consumidores, así como las impulsadas por cooperativas agrarias.

El ránking de la gasolina más barata (1,189 euros por litro) lo encabeza una estación de Family Energy (adquirida a Eroski), que pertenece a la cadena de alimentación Family Cash, que recientemente se ha instalado en el centro comercial Plaza Imperial de Zaragoza. Si se llena un depósito de 55 litros, el conductor pagará 65,39 euros en este sitio. Le siguen de cerca dos gasolineras de Calatayud —de Alcampo y Q8— y las de BonÀrea de Fraga y Binéfar.

En el precio más alto (1,439 euros) coinciden siete estaciones, seis de ellas pertenecientes a Repsol y Cepsa y situadas en la autopista AP-2, en las localidades de Pina de Ebro, Candasnos y Fraga. La que falta se encuentra en este último municipio, en el área de servicio Bajo Cinca, pero está en manos de un operador independiente. Repostar en estos puntos cuesta 79,14 euros por depósito.

Subida de impuestos

En el caso del diésel la diferencia es incluso algo mayor, de hasta 14,35 euros. La misma estación que ofrece la gasolina más barata también ofrece el gasóleo A habitual más económico (1.029 euros por litro, 56,59 por repostaje). Las estaciones más caras en este carburante (1.299 euros) son igualmente las citadas en el anterior caso.

El precio medio de la gasolina 95 se sitúa en Aragón en 1,34 euros en estos momentos, 14 céntimos más que al comienzo del año y 27 por encima de la cifra de hace un año, cuando se iniciaba la desescalada del primer estado de alarma. Dicho de otra manera, llenar el depósito vale 7,7 euros más que en enero y 14,85 más respecto a mayo del 2020, cuando se abarató fuertemente como consecuencia de la caída de la demanda por las restricciones de movimiento.

Por su parte, el valor medio del diésel en la comunidad es actualmente de 1,19 euros por litro, con lo que se ha encarecido 11 céntimos más que en lo que va de año y 21 en los últimos doce meses. De esta manera, llenar el depósito cuesta 6,05 y 11,55 más, respectivamente. (Consulte aquí los precios del combustible en las diferentes estaciones y zonas)

Sobre la evolución de los precios el próximo verano, cuando se esperan que se disparen los desplazamientos, Juan Carlos Higueras, profesor de EAE Business School, cree que todo dependerá de cómo vaya aumentando la producción de crudo. «Es posible que haya ligeras subidas sin que llegue la sangre al río porque, de producirse una fuerte repunte, se estaría lastrando la recuperación económica y afectaría a muchos sectores de actividad», asegura en declaraciones a este diario.

Higueras prevé además aumentos de impuestos en los hidrocarburos. «El del diésel podría aplicarse este año y, desde luego, el próximo con total seguridad, pues el Estado necesita recaudar, lo que empujaría el precio al alza», señala. Pero esta posible subida, precisa, se suavizará con un menor precio del barril de petróleo debido al incremento en la producción.

Las gasolineras: pérdidas del 40% y sin ayudas

La pandemia también ha dejado trastocado el sector de las gasolineras, que ha estado al pie del cañón en todo este tiempo al ser considerado esencial. «Al principio fue caótico. No hubo servicios mínimos y se obligó a abrir a todas», recuerda Luis Serrano López, gerente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (Aesar). Además de los sobrecostes provocados por la implantación de las medidas de prevención por el covid-19, el negocio se ha visto muy mermado en el último año por el descenso de la circulación de vehículos particulares. «Ha sido una montaña rusa según se iban poniendo y quitando los cierres perimetrales», relata.

La caída media de las ventas ha rondado el 40%, según estimaciones de Aesar. A pesar de ello, estos establecimientos no han recibido hasta ahora ningún apoyo económico de las Administraciones. La esperanza está puesta en las ayudas directas lanzadas por el Gobierno de España, a las que podrá optar el sector tras rectificarse su exclusión del plan en un primer momento. «Esperamos que todos los empresarios que puedan acreditar esas pérdidas y reúnan las condiciones, puedan recibir estos fondos», explica Serrano.

Aunque han venido mal dadas, no han cerrado gasolineras en Aragón, pero tampoco han llegado nuevos proyectos. «Lo importante ahora es que volvamos a una normalidad en la movilidad», afirma. Sobre los precios, recalca que estos vienen marcados por la evolución del coste del petróleo y los impuestos. «El margen que se queda el empresario de la gasolinera es muy pequeño, prácticamente no interviene en la fijación de los precios», sostiene.