Este año más que nunca será motivo de celebración si nos sale a devolver en la declaración de la Renta. Según estimaciones de la propia Agencia Tributaria, en esta ocasión, se sumarán casi 319.000 contribuyentes más al grupo de los que tendrán que pagar a Hacienda.

No era una sorpresa que el aluvión de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) marcase un antes y un después en las cuentas con el fisco de este año, no obstante, a cerca de 14,3 millones de personas les saldrá a devolver en la declaración.

Tapar agujeros, pagar las vacaciones, darse un capricho… son solo algunas de las cosas dentro de una lista interminable de tareas a las que destinar este dinero. Otra alternativa interesante sería no hacer caso a nuestros impulsos y aprovechar este ingreso extra para sacarle algo de rentabilidad. ¿Cómo? Aquí van algunas ideas.

Productos de ahorro para los más conservadores

No siempre la palabra rentabilidad ha ido asociada al riesgo. Existen ciertos productos de ahorro que también aportan beneficio a nuestros ingresos más allá de tenerlos en una cuenta en el banco o cogiendo polvo debajo del colchón.

Los depósitos son una opción tradicional para los que quieran ir viendo incrementarse sus ahorros poco a poco sin la necesidad de correr ningún riesgo o simplemente prefieran tenerlos en un sitio seguro y que, además, les genere algún tipo de ganancia, por muy baja que sea.

“Los depósitos con tipos algo superiores pueden ser una opción interesante para ciertos perfiles que sepan rotar el dinero. Si tenemos otros planes, como un viaje o una futura compra de coche, podemos hacer una aportación extraordinaria a productos como seguros de ahorro en el que, junto a otras aportaciones, nos ayude a constituir un capital a largo plazo”, apunta el experto en finanzas de iAhorro Antonio Gallardo.

Otro producto interesante, aunque bastante desconocido, son los PIAS. Se trata de un seguro de ahorro en el que se van haciendo aportaciones periódicas y ofrece la posibilidad de obtener rentabilidad en función del riesgo que se quiera asumir, que también puede ser ninguno.

Normalmente están pensados como una opción de ahorro a largo plazo, pero tiene la ventaja de que el dinero puede ser rescatado en cualquier momento, a diferencia de los planes de pensiones.

Objetivo, la jubilación

Un reciente estudio en España realizado por la Encuesta de Competencias Financieras (ECF) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) señaló que apenas el 3% de la población ahorraba a través de productos complejos, como pueden ser los fondos de inversión, renta fija o acciones. No obstante, “si nuestro objetivo es a más a largo plazo y estamos dispuestos a asumir más riesgo podemos optar por fondos de inversión. A pesar de estar en un momento algo convulso en las bolsas, con un trasfondo de inversión de más de 5 años en el que compensar los posibles vaivenes de la situación actual, podemos sacar bastante rentabilidad”, señala Antonio Gallardo.