El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha admitido este lunes que los ERTE como instrumentos para afrontar los efectos económicos de la pandemia "afortunadamente tienen que ir acabando porque lo que hay que intentar es que la gente entre en el sistema". Tras las diferencias con el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en la última negociación para la extensión del mecanismo, el líder patronal ha venido a asumir que a partir del 30 de septiembre los expedientes de regulación temporal de empleo por el coronavirus quedarán reducidos a unos pocos sectores muy concretos. 

"Lo estamos viendo ya y se va a ver este verano una bajada espectacular del número de personas que están en ERTE. Cuando llegue septiembre, nos vamos a tener que sentar y ajustarlos, porque ya no va a ser igual. Vamos a estar ya con las vacunas; en principio, esperemos que no pase otra cosa, la economía va a estar abierta; dentro de pocos días ya vamos sin mascarilla por la calle... Vamos a empezar a hablar de otra dinámica y tendremos que ser lo suficientemente serios, porque los ERTE tienen un coste para el Estado", ha subrayado en un curso de la APIE y la UIMP.

Garamendi ha recordado que en su momento llegó a haber 3,5 millones de trabajadores en ERTE, frente a los en torno a 450.000 actuales. "Cuando llegue septiembre habrá mucha menos gente, habrá que ver qué sectores son los que siguen tocados, va a haber alguno: los fuegos artificiales, el ocio nocturno... Ahí sí habrá que ver y que evaluar cómo se puede ayudar a estos sectores, pero va a ser menos gente. Va a cambiar un poco el modelo porque vamos a empezar a hablar de: señores, hay que empezar a volver a la actividad", ha advertido.

Pensiones, SMI y reforma laboral

El presidente de la CEOE también ha asegurado que la negociación con el Gobierno y los sindicatos sobre el futuro de las pensiones "no va mal, pero quedan flecos", al tiempo que ha lamentado que el Ejecutivo tenga "ganas de dar noticias todos los días" cuando sería más conveniente apostar por la "discreción". Asimismo, ha asegurado que la patronal considera que "no es el momento y no toca" subir el salario mínimo intereprofesional (SMI) porque no "es lo mejor para la economía y para todos" en plena fase de recuperación.

En cuanto a cambios en el mercado laboral, Garamendi ha afirmado que la Comisión Europea "no habla de reforma laboral, sino de políticas activas de empleo", ha defendido la del anterior Gobierno de 2012, y ha advertido al actual Ejecutivo sobre la posición de la CEOE: "Ningún problema en hablar de mejoras, pero si es para hacer más restrictivo el sistema, no contará con nuestro beneplácito".