La CEOE ha escenificado este jueves el frontal rechazo que le genera la reforma laboral planteada por la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Si hace una semana la tildó de "marxista", en términos despectivos; nada más finalizar la reunión de este jueves la patronal ha emitido un comunicado público en el que ha amenazado con bloquear las mesas de negociación si no se aparta el último borrador y se vuelven a empezar de cero las conversaciones. Fuentes del Ministerio de Trabajo han replicado que moverán ficha de cara a la semana que viene e introducirán modificaciones en su texto para mantener a la patronal sentada a la mesa, pero también insisten en que la reforma seguirá adelante.

"Las organizaciones empresariales hemos trasladado la necesidad, para poder seguir negociando, de contar con un planteamiento nuevo por parte del Gobierno", ha afirmado la CEOE en su comunicado público. No es la primera vez que los empresarios exteriorizan su malestar con la reforma que pretende acometer Díaz, aunque la reacción de este jueves ha sido de las más airadas. El pulso en el diálogo social continúa y ahora la mesa se mueve entorno a la reforma de los tipos de contratos, con el fin de reducir las elevadas cotas de temporalidad que arrastra estructuralmente España.

Los términos de la propuesta no gustan a la entidad presidida por Antonio Garamendi, que ven en la reducción a tres tipologías de contratos -indefinido, temporal y de formación- una traba a la flexibilidad organizativa de las compañías. Los empresarios han calificado el documento de Díaz de "regresiva", "intervencionista" y que "inevitablemente recuerda las antiguas ordenanzas laborales, un despliegue más propio de contextos afortunadamente ya superados en toda Europa".

"Ahora mismo veo muy complicado que entren a un acuerdo", apunta una fuente sindical conocedora de las conversaciones. Tras un año y medio de éxitos en el diálogo social, con grandes acuerdos como las pensiones, las prórrogas de los ertes, la ley de teletrabajo o la 'ley Rider'; la reforma laboral emerge como el primer gran foco de desencuentro. "En estos momentos, el texto parece responder a una motivación ideológica sin fundamentos económicos; no tiene en cuenta la realidad del tejido empresarial y de las personas trabajadoras, y, por ello, aboca inevitablemente al desencuentro", ha avisado la CEOE en su nota.

Fecha límite: 31 de diciembre

El reloj sigue corriendo, las semanas avanzan y la fecha límite para tener estas reformas cerradas, ya sea con o sin acuerdo, cada día está más cerca. La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo ha sido clara en esto: antes de finalizar el año su reforma laboral, la contrarreforma laboral o la "modernización del mercado de trabajo" (aquí hay términos y eufemismos para todos los gustos) tiene que estar aprobada y en el BOE. Así figura en el componente 23 del Plan de Recuperación y Resiliencia remitido a Bruselas. Y del mismo depende la recepción de una importante cuantía de los fondos europeos durante los próximos ejercicios.

Pese al exabrupto de este jueves de la CEOE, ninguna de las partes le ha cerrado la puerta a seguir conversando ni nadie se ha levantado de la mesa. Fuentes cercanas a las conversaciones lo enmarcan en parte de una estrategia de negociación, si bien los avances hasta ahora han sido pocos y cuestiones como la temporalidad y la subcontratación levantan ampollas entre el empresariado, tal como los ha planteado Trabajo en sus últimos borradores. Aunque por el otro lado estiran los sindicatos, que recuerdan que, en esta ocasión y a diferencia de legislaturas anteriores, "esta vez hay plazos concretos".