La mina Muga de potasa, que la empresa Geoalcali quiere poner en marcha entre Aragón y Navarra, podría empezar a funcionar en 2024. Así lo aseguró este viernes la empresa durante la presentación del proyecto a las autoridades de ambas autonomías en un acto presidido por la presidenta la comunidad foral, la socialista María Chivite. La futura explotación, que es rechazada por grupos ecologistas y partidos como Podemos y CHA por su impacto medioambiental, producirá hasta 500.000 toneladas anuales de potasa (MOP) durante la primera fase de desarrollo del proyecto hasta llegar al millón de toneladas anuales durante la segunda. Se contempla una inversión total del entorno de los 576 millones de euros y la creación de en torno a 800 puestos de trabajo directos en plena producción.

Las instalaciones contarán con dos bocaminas que está previsto levantar en terrenos de Undués de Lerda (Cinco Villas), mientras que Sangüesa (Navarra) albergará la fábrica para transformar este mineral. Esta mina subterránea ha recibido recientemente la concesión minera por parte del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) en coordinación con las administraciones de ambas autonomías. «Será un proyecto que supondrá un importante impulso para la creación de empleo y será un instrumento eficaz en la lucha contra la despoblación, creando empleo de calidad, que reactivará la zona», afirmó Chivite en su intervención. En su opinión, la legislación es «absolutamente garantista» en los distintos trámites administrativos por los que ha pasado Muga hasta la concesión minera.

«Rigurosos procesos»

Recordó que este proyecto «ha sido sometido a numerosos y rigurosos procesos», teniendo en cuenta la participación de una gran cantidad de organismos e incorporando mejoras en dos periodos de consulta pública.

Por su parte, Ignacio Salazar, CEO de la compañía, agradeció «el respaldo brindado» por las instituciones de Navarra y Aragón, «que siempre han mostrado un fuerte apoyo público al proyecto», lo que supone, subrayó, «un reconocimiento a Muga como oportunidad única para el desarrollo socioeconómico de la región».

A partir de ahora, la empresa inicia una nueva fase dirigida a construcción de las instalaciones, previa obtención de las licencias municipales y la consecución de un potente respaldo financiero. «Mina Muga es un proyecto que lleva gestándose desde el año 2014 y que ha hecho frente a un proceso exhaustivo y riguroso de tramitación de permisos, estudios e investigaciones», recalcó Salazar.

Gracias a la evaporación del mar que hace millones de años cubría la cuenca del Ebro se produjo la formación del yacimiento de sales potásicas de Mina Muga, conformado por una mezcla de silvina, halita y arcillas. La mineralización de este enclave se ha determinado a partir de 40 sondeos geológicos, concluyendo que el depósito tiene una reserva mineral de más de 100 millones de toneladas.

La potasa es uno de los tres componentes más importantes en fertilizantes solubles comerciales. Resulta muy eficaz para mejorar el rendimiento de aquellas tierras que por su propia naturaleza no poseen las características idóneas para cultivos de primera necesidad.

En este contexto, dado el alto consumo europeo de potasa y que ya no habrá que recorrer grandes distancias para su importación, la cadena de suministro de Mina Muga aporta un bajo impacto ambiental.

A esto hay que añadir, según la empresa, el «fácil acceso» a puertos situados a menos de 200 kilómetros de distancia, un atractivo más del proyecto porque facilita el acceso a grandes consumidores de todo el planeta.

Sistema de extracción

Geoalcali asegura que se trata de un proyecto «pionero» en el sector, ya que será «el primero de sus características que no dejará residuos salinos en superficie al final de la vida de la mina, ni vertidos de agua industrial».

Para acceder al mineral, en la explotación se utilizarán dos rampas de 2.6 kilómetros de largo que descenderán a una profundidad de 350 metros. Cada una con unas dimensiones de cinco metros de alto por seis metros de ancho. Dentro, hasta 50 kilómetros de galerías compuestas por unas 6.000 cámaras de explotación, que contarán con un tamaño medio de 200 metros de largo, ocho de ancho y cinco de altura.

Este complejo minero alcanzará en algunas zonas los mil metros de profundidad. La extracción y el procesamiento de la potasa será altamente mecanizada, haciendo uso de tecnológica punta especialmente diseñada para Muga.