El crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro ha registrado en agosto un ligero retroceso respecto del mes anterior, aunque se mantiene cerca de máximos de 15 años, según el dato adelantado del PMI compuesto, que se ha situado en 59,5 puntos desde los 60,2 de julio, según ha informado IHS Markit.

La actividad del sector servicios ha moderado ligeramente su ritmo de expansión en agosto respecto del mes anterior, situándose en 59,2 puntos desde los 61,1 de julio, en mínimos de dos meses, mientras que en el sector manufacturero se ha desacelerado hasta los 61,5 puntos, frente a los 62,8 del mes anterior, su lectura más débil en seis meses.

"La recuperación económica de la zona euro mantuvo su impresionante ímpetu en agosto, y el índice PMI solo se redujo ligeramente frente a la máxima reciente de julio pasado hasta llevar su promedio para el tercer trimestre hasta la fecha al nivel más alto en veintiún años", ha indicado Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit.

En este sentido, ha destacado que, a pesar de que los contagios de la variante delta causaron problemas generalizados en la zona euro, reduciendo la demanda y creando más problemas de suministro, las empresas se beneficiaron de la relajación de las medidas de contención del virus hasta su mínima desde el comienzo de la pandemia.

En su análisis, IHS Markit ha señalado que los niveles de nuevos pedidos recibidos en agosto se han mantenido entre los más elevados de las dos últimas décadas, impulsados por el persistente resurgimiento de la demanda de productos y servicios.

Asimismo, ha destacado que el sostenido repunte de la demanda y las mejores perspectivas gracias al aumento del número de personas vacunadas se tradujeron en un auge del optimismo respecto de los próximos doce meses.

Entretanto, el empleo creció a un ritmo igual a la máxima en veintiún años registrada en julio pasado debido a que las firmas expandieron su capacidad en proporción al reciente crecimiento de las carteras de pedidos y las perspectivas prometedoras.

Pese a que se notó una cierta ralentización de la creación de empleo en el sector manufacturero, en parte debido a la escasez de mano de obra, el crecimiento del empleo en el sector servicios alcanzó su máxima desde septiembre de 2018.

"Los retrasos en las cadenas de suministro siguen causando estragos, haciendo que muchas veces las empresas no puedan responder a la demanda y aumentando los costes de las firmas aún más. Estos costes, combinados con el auge de la demanda, causaron otro aumento casi récord de los precios medios cobrados por los productos y servicios, aunque hubo algunos bienvenidos indicios de que estas presiones inflacionistas puedan haber pasado lo peor por ahora", indicó Williamson.

No obstante, el experto considera "preocupante" observar cierto movimiento al alza en el crecimiento de los salarios debido a la evolución del mercado laboral, ya que podría traducirse en una mayor inflación.