El Santander ganó 8.124 millones de euros en 2021, su beneficio más elevado desde 2011 y que contrasta con las pérdidas de 8.771 millones que sufrió en 2020 después de que la pandemia le obligase a rebajar la valoración de varias filiales y a reducir sus derechos al menor pago de impuestos (activos fiscales diferidos) con un coste de 12.500 millones. La cifra ha estado por encima de las expectativas de los inversores, que preveían unas ganancias algo inferiores a los 8.000 millones. Excluyendo los impactos extraordinarios (los citados y las provisiones para hacer eres de 2020 y 2021), el resultado hubiera sido de 8.654 millones, frente a los los 5.081 millones de 2020 y a los 8.252 millones de 2019.

El principal motor de la mejora de los resultados ha sido la fuerte caídas de las provisiones para hacer frente a futuras pérdidas de valor e impagos de los activos (-37%, hasta los 7.436 millones), tras el esfuerzo extraordinario realizado por todos los bancos en 2020 para protegerse ante la incertidumbre sobre el impacto que tendría el covid. De hecho, el grupo presidido por Ana Botín ha destinado 750 millones de los 2.500 millones que había reservado en esa hucha anticovid a mejorar el resultado de 2021, ya que las economías donde operan han crecido más de lo que esperaba.

El otro factor fundamental que ha provocado la mejora de los resultados es el aumento de la actividad, con un crecimiento del crédito del 4% y de los depósitos del 6%. Ello permitió que los ingresos crecieran un 4,8%, hasta los 46.404 millones, lo que fue compatible con un menor aumento de los gastos (1,3%, a los 21.415 millones)

El tercer elemento fue el menor pago del impuesto de sociedades (4.894 millones, -13,1%) pese al aumento del beneficio, una caída relativa internanual provocada por el abono tributario extraordinario de 2.500 millones que tuvo que realizar en 2020 al reconocer que no podría aprovechar en el futuro parte de sus derechos al menor pago de impuestos. La entidad, en cualquier caso, ha asegurado que su tipo fiscal efectivo es del 33%.

La morosidad, por su parte, permaneció estable el año pasado: se situó en el 3,16%, 0,05 puntos por debajo del nivel del ejercicio anterior. El capital ha subido en doce meses del 11,89% al 12,12%, en línea con el objetivo del banco de que esté en torno al 12%, mientras que la rentabilidad sobre la capital se situó en el 9,66% (11,96% sobre el capital tangible, ROTE).

Sudamérica aportó el 31% del beneficio ordinario, Norteamérica el 29%, Europa el 28% y Digital Consumer Bank el 12%. Los países que más beneficio aportaron al grupo fueron Estados Unidos (2.326 millones) y Brasil (2.325 millones), por delante de Reino Unido (1.570 millones). España se situó en cuarto lugar, con 957 millones de euros, un 85% más que en 2020.