El Brexit está dañando el comercio internacional británico con los países de la Unión Europea (UE) y la situación puede agravarse a medida que la pandemia queda atrás, el tránsito de mercancías y pasajeros vuelve a la normalidad y se introducen nuevos controles. Un informe de la Comisión de Cuentas del Parlamento (PAC) critica severamente la forma en el que Gobierno de Boris Johnson está manejando la circulación en las fronteras y los controles aduaneros después de la salida del Reino Unido de la UE. El aumento de chequeos, de burocracia, los retrasos, han repercutido negativamente en los costes para las empresas y reducido el comercio con la UE.

 “Los nuevos controles impuestos al movimiento de bienes desde el Reino Unido a la Unión Europea han supuesto costes adicionales para las empresas y han afectado el flujo de comercio internacional”, señala el informe, publicado pocas horas después de que Johnson nombrara al diputado Jacob Rees-Mogg secretario de Estado ‘para las oportunidades del Brexit’. La comisión parlamentaria recuerda que el Gobierno había prometido que dejar la UE sería una liberación y permitiría optimizar la productividad para las empresas, pero la realidad es muy diferente. “Es el momento de que el Gobierno sea honesto sobre los problemas (del Brexit), en lugar de prometer tanto”, señala Meg Hillier, presidenta del Comité.

Paralización en los puertos

Las colas diarias de camiones de mercancías al oeste del puerto de Dover en Kent alcanzan estos días los10 kilómetros, de acuerdo con Highways England (Autopistas de Inglaterra). Algunos mensajes en las redes sociales hablaban de colas el triple de largas en el puerto francés de Calais. En el futuro la situación puede ser aún más grave. De momento Bruselas aplica los controles sanitarios y aduaneros a los productos procedentes del Reino Unido, algo que en cambio Johnson ha ido prorrogando para la importación de productos de la UE.

Esas inspecciones estrictas deberán entrar en vigor en septiembre, cuando también se espera un mayor movimiento de visitantes. Puertos como los de Dover pueden “paralizarse” de acuerdo con Logistics UK, una de las asociaciones más grandes del Reino Unido en el sector del transporte de mercancías.

Su manager, Sarah Laouadi, hace notar que los transportistas necesitarán para el control de sus pasaportes biométricos bajarse del vehículo, cruzar el tráfico en puerto y terminales. “No sólo va a crear riesgos para la seguridad. También tendrá un severo impacto en el tiempo que lleva cruzar la frontera, con un efecto acumulativo en el flujo de tráfico a ambos lados del Canal”, ha declarado al Financial Times.

Preparación  

El Gobierno “debe centrarse ahora en la preparación de los operadores de comercio internacional y transportistas de la Unión Europea para los controles de importación que se impondrán a lo largo del 2022” recomienda la comisión. “Cerca de un 15% de las empresas, unas 90.000, están poco familiarizadas con los trámites aduaneros internacionales. Debemos estar seguros de que cuando llegue el momento sepan lo que hay que hacer”.