La economía española empieza a notar el impacto de la escalada de la inflación. El producto interior bruto (PIB) een el primer trimestre se ralentizó hasta el 0,3% con respecto al cuarto trimestre de 2021. Esta evolución, inferior a las estimaciones del Banco de España, situó el ritmo de crecimiento en el 6,4%, según los datos del Instituto Nacional de Estdística (INE).

Uno de los factores que más ha contribuido a que se reduzca el nivel de actividad ha sido el desplome del consumo de los hogares, que entre enero y marzo experimentó un descenso del 3,7%, frente al aumento del 1,5% entre octubre y diciembre. El aumento del nivel general de precios ha erosionado el poder adquisitivo de las familias, lo que ha frenado el consumo.

El PIB registró el cuarto trimestre del año pasado una variación intertrimestral del 2,2%, con un ritmo de aumento interanual del 5,5%. Todo ello después de la debacle experimentada en 2020, el ejercicio en el que estalló la pandemia, con un desplome intertrimestral del 17,7% en el periodo abril-junio, tras el que se produjo un rebote.

De todas formas, la velocidad de crucero de la economía española se ha ido ralentizando, especialmente tras la guerra en Ucrania. En la actualización de sus previsiones, el Banco de España estimó que el PIB crecería entre enero y marzo de este año el 0,9% y que el impacto de la guerra de Ucrania y la consiguiente escalada de la inflación, situada en 8,4% en abril, se notará sobre todo en el segundo trimestre, con un alza del 0,1%.

El Gobierno revisa este viernes sus previsiones, situadas hasta ahora en el 7%, pero muy alejadas de las de todos los organismos públicos y privados. El propio Banco de España redujo en su última revisión casi un punto el crecimiento para este año, hasta el 4,5% (5,4% en diciembre). Y lo mismo sucede con la Autoridad Independiente de Responsabilidad fiscal (Airef), que lo ha rebajado del 6,3% al 4,3% y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la ha situado en el 4,8%.

Los recortes de previsiones afectan a todas las economía del mundo. Esta misma semana, el Gobierno alemán ha situado en el 2,2% el crecimiento previsto para este año, esto es 1,6 puntos menos de la proyección anterior.