En plena tensión geopolítica y energética por la invasión militar rusa de Ucrania y por el choque diplomático con Argelia, España trata de buscar alternativas y dispara las compras de gas a otros países. Las compañías energéticas españolas se blindan frente a la incertidumbre y buscan diversificar sus proveedores como reclama el Gobierno español y la Unión Europea, tal y como publica El Periódico de España.

La alternativa está siendo disparar las compras de gas natural licuado (GNL), el que se transporta por barco, procedente de Estados Unidos y de países africanos como Nigeria o Egipto, según se desprende del último boletín mensual de Enagás, con datos correspondientes al mes de abril.

España busca garantizar su seguridad energética frente a las dudas sobre la continuidad del suministro de gas desde Rusia y al descenso de las compras a Argelia tras cerrar uno de los gasoductos el pasado octubre y por el encontronazo diplomático por el giro español sobre el Sáhara, que ha hecho que Argel amenace con romper contratos.

España ha multiplicado por cuatro las compras de gas a Estados Unidos en lo que va de año y también en abril, con lo que se confirma como nuevo mayor proveedor de gas tras desbancar a Argelia en enero. EEUU concentró el mes pasado el 30,7% de todas las importantes de gas del país (el 35,3% en los cuatro primeros meses del año).

Las empresas españolas también han elevado en abril de forma sustancial las importaciones de gas procedente de otros países alternativos africanos, como Nigeria (con un alza del 40%, hasta concentrar el 17% del total y convertirse en el tercer mayor proveedor) o Egipto (con un crecimiento del 171%, hasta contabilizar un 6% del total de compras de gas).

Compras a Rusia

España mantiene las compras de gas procedente de Rusia con la invasión militar de Ucrania ordenada por Vladimir Putin ya en marcha. El mes pasado, las compras de gas ruso concentraron aún el 8% de todas las importaciones del país, y colocaron a Rusia como cuarto mayor proveedor. España registró en abril importaciones de gas ruso por 3.278 gigavatios hora (GWh) equivalentes, prácticamente lo mismo que en marzo, pero un 50% más que en abril del año pasado.

Desde el sector gasista se subraya que los contratos de suministro con Rusia son a largo plazo y no pueden cancelarse sin asumir penalizaciones, al tiempo que subrayan que las operaciones son plenamente legales dado que las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea contra los intereses Rusia no afectan a las importaciones de gas natural. En todo caso, desde el sector se apunta que no se están ampliando esos contratos de suministro con Rusia por la incertidumbre sobre el suministro futuro.

La Unión Europea ha empezado a adoptar sanciones contra Rusia que incluyen las primeros vetos de compras del sector energético. De momento, la prohibición se limita a las importaciones de carbón, pero desde Bruselas se anticipa que la prohibición puede acabar extendiéndose de manera inminente al petróleo y, en último término, también al gas de Rusia. Desde el Gobierno y desde el sector energético se ha venido subrayando que la dependencia de España del gas ruso es muy reducida y la posibilidad de sustituir las compras a través de otros países proveedores sería factible, aunque a precios superiores.

Las compras de gas a Argelia, históricamente mayor proveedor de España, acumulan seis meses de caídas desde el cierre del gasoducto que traía producto desde el país norteafricano atravesando Marruecos. En abril, las importaciones desde Argelia concentraron un 23% del total (tradicionalmente superaban el 40%) y registraron un descenso del 35% frente a los niveles del mismo mes del pasado año.

La clausura del gasoducto fue consecuencia del choque diplomático entre Argelia y Marruecos a cuenta del Sáhara Occidental. Y el giro del Gobierno español sobre el Sáhara, avalando el plan autonomista de Rabat, ha provocado un choque diplomático con Argelia, mientras renegocia una subida del precio del gas suministrado a España y con amenazas a romper contratos si se detectan incumplimientos mediante la reventa de gas a Marruecos.

Las ventas a Francia, disparadas

Tras la invasión rusa de Ucrania, las ventas de gas desde España hacia Francia se han disparado. Durante el primer trimestre del año, las exportaciones de gas al mercado galo se duplicaron. En abril, los flujos se han disparado y se multiplicaron por cuatro, según los datos del boletín estadístico de Enagás, el operador del sistema gasista.

Según desveló la propia Enagás a finales de abril, las dos interconexiones entre España y Francia están funcionando al máximo de su capacidad. Los dos tubos que unen ambos países, el Larrau–Alçay y el Irún–Biriatou, tienen una capacidad conjunta de 7.000 millones de metros cúbicos (7bcm) al año, lo que equivale a siete barcos de gas natural licuado (GNL) al mes.

La invasión de Putin ha empujado a buscar vías para garantizar la seguridad de suministro e identificar alternativas para reducir la dependencia de Rusia. Y, con ello, se ha reabierto el debate también sobre la apertura de un nuevo gasoducto entre España y Francia, a través de Cataluña, reanimando el proyecto Midcat que se descartó hace unos años. El Gobierno español se muestra a favor de reactivar el proyecto, pero siempre que se financie con fondos europeos y que el tubo puede utilizarse en el futuro también para exportar hidrógeno verde.