Hogar con bajo nivel de renta, con un cabeza de familia de entre 35 y 45 años y bajo nivel educativo, ubicado en zona rural y con un amplio número de miembros. Este es el retrato robot que hace el Banco de España de la familia española candidata a sufrir con mayor intensidad las medidas fiscales y regulatorias que harán subir los precios de los bienes y servicios más contaminantes, dentro de la estrategia para avanzar en la transición ecológica y cumplir el objetivo de alcanzar en 2050 la neutralidad en la emisión de carbono a la atmósfera.

En su informe sobre 'La economía española ante el reto climático', el Banco de España no alcanza a cuantificar el impacto de menor crecimiento económico que, a corto plazo, podrá significar el cumplimiento de los compromisos de transición ecológica. "No es que no queramos decir cuál puede ser el impacto económico sobre la economía española, es que los cálculos son demasiado inciertos", afirmó el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, durante la presentación de este análisis, que quedará incorporado al Informe Anual que el organismo publicará en próximas fechas. Tampoco se atrevió a precisar el impacto inflacionista que tendrá la transición ecológica: "En el corto plazo habrá un efecto, pero hay que precisar aún muchos detalles", dijo.

Gavilán sí se extendió, sin embargo, en perfilar el retrato robot de los hogares y sectores productivos más expuestos al reto de la transición ecológica. Estos 'perdedores' son los que, según el Banco de España, deberían ser los destinatarios de las medidas compensatorias que deberán adoptar los gobiernos para garantizar que la transición ecológica no deviene en una mayor desigualdad.

Diferentes patrones de consumo

De acuerdo con Eurostat, en 2019 la actividad de los hogares- fundamentalmente, relacionada con el transporte y la calefacción— fue responsable de un 20,9% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España (el resto de las emisiones se originaron en el sector productivo). A partir de los microdatos de la Encuesta de Presupuestos Familiares, el Banco de España estima que el contenido medio de CO2 por cada 1.000 euros gastado por las familias españolas fue de 281 kilos en 2020. Esta cifra es el 6% menos que en 2012 y, por ejemplo, tres veces menor al promedio de una familia de EEUU.

"El impacto de los riesgos físicos y de transición asociados al cambio climático podría ser muy dispar entre individuos, en función no solo de su lugar de residencia, sino también, entre otros aspectos, de su estado de salud, edad, nivel educativo o renta", sostienen los autores del informe. El análisis toma en consideración el consumo energético tanto en el hogar (electricidad, gas o aire acondicionado) como en transportes (coches, viajes...), así como el gasto en alimentos, bebidas, tabaco y otros bienes y servicios de los diferentes perfiles de hogares y hace un estimación sobre la intensidad de emisiones de CO2 por cada euro gastado para cada uno de ellos.

Compensación

"En suma, existen claros indicios de que los distintos tipos de hogares pueden verse afectados de forma muy dispar por el proceso de transición ecológica", concluye el Banco de España. "En particular, el previsible incremento en el precio de los bienes y de los servicios más contaminantes que tendrá lugar en los próximos años probablemente incida de manera más acusada sobre los hogares con menor nivel de renta, aquellos cuyo cabeza de familia tiene entre 35 y 45 años, los que residen en las zonas rurales [y, presumiblemente, mayor necesidad de desplazamiento en transporte], los que tienen un menor nivel educativo o los que presentan un mayor número de miembros", se afirma.

A la luz de este diagnóstico, el Banco de España sostiene que "sería conveniente que las políticas públicas articularan mecanismos para compensar, con carácter temporal, a los hogares más vulnerables dentro de cada uno de estos colectivos por los mayores costes que la transición ecológica les podría suponer". Y no solo por razones de equidad, sino también de paz social: "La necesidad de desplegar este tipo de medidas compensatorias también estaría justificada en pos de lograr el suficiente e imprescindible consenso social para llevar a cabo el profundo proceso de transformación estructural que la economía y la sociedad necesitan abordar en los próximos años para enfrentar los importantes desafíos climáticos futuros".

Sectores económicos

"Deben desplegarse medidas compensatorias para los sectores, empresas y hogares más afectados. Estas deben tener un carácter temporal, ser muy focalizadas y estar cuidadosamente diseñadas. Y podrían ser financiadas con los recursos obtenidos por una mayor imposición medioambiental", aconseja el Banco de España.

Entre los sectores productivos, casi el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero se concentra las manufacturas, el sector de agricultura, ganadería y pesca, el transporte y el suministro de electricidad y de gas. Son sectores que, por otra parte, solo representan menos del 25% de la producción (en términos de valor añadido bruto) en España. En el lado opuesto, el Banco de España destaca los relacionados con la construcción, la elaboración de alimentos y bebidas, la hostelería y el turismo, por ser ramas de actividad que con baja emisión directa de CO2 pero que, sin embargo, producen una huella de carbono relativamente elevada, por las emisiones que se derivan de sus vínculos con otros sectores mucho más contaminantes.

Para el caso de un nuevo encarecimiento de los derechos de emisión similar al producido en los tres últimos años (en los que han pasado de 25 a 100 euros por tonelada de CO2), el Banco de España estima una reducción del nivel de PIB de 0,6 puntos en tres años, que podría llegar a 1,3 puntos si el sistema se extiende a todos los sectores productivos. Bajo este escenario de estrés, el Banco de España señala que, después de los energéticos, los sectores que se verían más afectados serían los de otros productos minerales no metálicos, el transporte aéreo y el del papel, así como el transporte marítimo, y el de agricultura, ganadería y pesca.