ibercaja cambia en el paso. El banco aragonés ha logrado liberarse de la obligación de salir a bolsa antes de que acabara el año, un ejercicio poco idóneo para dar este trascendental paso dada la incertidumbre y la volatilidad en los mercados a causa de la guerra de Ucrania y la amenaza de la inflación. Esta presión se ha disipado gracias a que el Banco de España ha dado el visto bueno a que su fundación pueda constituir un fondo de reserva de 316 millones de euros, que debe cubrirse antes del final de 2025. A pesar de dotarse de esta herramienta, la entidad mantiene en su hoja de ruta la «firme» intención de dar el salto bursátil, pero lo hará a conveniencia, cuando sea el momento más propicia.

La constitución de este fondo permite a la entidad cumplir con la normativa vigente –la Ley de Cajas de Ahorros–, que establece que, para salir a bolsa, la Fundación Bancaria Ibercaja –el accionista mayoritario con el 88,04% del capital– debe reducir su participación por debajo del 50%. De este modo, ya no está limitada por la fecha del 31 de diciembre de 2022.

La alternativa que ha validado el Banco de España facilita a Ibercaja que la salida a bolsa se ejecute en la «coyuntura de mercado más propicia, sin el condicionante del plazo», explican desde la entidad en una nota de prensa. Con este fondo de reserva, sigue el modelo de Kutxabank, que hace unos años se dotó de este instrumento para cumplir la normativa bancaria. Pero hay diferencias. La entidad vasca optó por esta vía para evitar la salida a bolsa, mientras que la aragonesa lo hace para quitarse presión regulatoria y acabar con las prisas del efecto calendario.

Sin necesidad de vender

Ibercaja anunció a principios de año la salida a bolsa, pero la operación se aplazó a comienzos de febrero por el incremento de la volatilidad en los mercados de capitales provocado por las tensiones geopolíticas que desembocaron en la guerra entre Rusia y Ucrania.

Las dotaciones al nuevo fondo de reserva procederán íntegramente del dividendo que el banco distribuya a la fundación, sobre la base de los beneficios ordinarios procedentes de su actividad en los próximos años, de acuerdo con las proyecciones recogidas en el plan de negocio de Ibercaja.

El plan autorizado por el supervisor bancario tampoco hace necesidad que se realice ninguna operación excepcional de desinversión y dividendo extraordinario para alimentar este fondo de reserva.

El fondo de reserva requerido por la normativa para la Fundación Ibercaja asciende, a cierre de diciembre de 2021, a 316 millones de euros y debe cubrirse antes del final de 2025. De esta manera, el banco deberá generar un beneficio neto de unos 100 millones de euros cada año. La entidad obtuvo unas ganancias de 63 millones de beneficio neto en el primer trimestre de 2022, un 15,2% más que el ejercicio anterior y el mejor resultado en este periodo de su última historia reciente.

A principios de año, el equipo directivo de Ibercaja concluyó que la salida a bolsa era la mejor solución para cumplir con la exigencia regulatorio. El 20 de enero apretó el botón para lanzar una operación que esperaba materializar en febrero, como así se lo comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), una decisión que venía demorando en los últimos años por diversas razones. Apenas 12 días después congeló el plan por la crisis abierta por la situación de Ucrania.