Rechazo categórico. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha manifestado este miércoles su rechazo a la propuesta de contingencia de la Comisión Europea frente a la crisis energética y así lo defenderá el próximo martes en el Consejo Europeo de Energía en Bruselas. "Defendemos los valores europeos pero no nos pueden exigir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión. A diferencia de otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético", ha advertido Ribera, un juego de palabras que ha recordado a la crisis económica, cuando los países del sur eran los más afectados, en contraposición con la crisis actual.

Así lo defenderá la vicepresidenta el próximo martes en el Consejo Europeo de Energía en Bruselas. Y España podría no estar sola en su negativa. Según fuentes comunitarias, los representantes permanentes de España, Portugal, Chipre, Grecia y Malta se han reunido este mismo miércoles para evaluar una propuesta que Ribera ha considerado que tiene “una ausencia clara y clamorosa de diálogo”. "Lo primero que uno debe hacer cuando necesita apoyo y ayuda es trabajar con aquellos a quienes pide apoyo y ayuda", ha dicho Ribera, quien incluso ha considerado que "un asunto tan importante como este merece la atención de los jefes de Estado y de Gobierno y no solo de los ministros de Energía".

La Comisión Europea ha presentado este miércoles su plan de contingencia ante la emergencia energética, que contempla que los países miembros se lancen a recortar el consumo de gas con el objetivo de reducirlo un 15% entre el 1 de agosto y el 31 de marzo del próximo año, aunque esta tasa se podría reducir “un máximo del 5%” siempre y cuando se pueda demostrar una baja interconexión con el resto de países, algo que España da por hecho que ocurriría en su caso. Este ahorro en principio sería voluntario, pero se convertiría en obligatorio si Rusia corta de manera brusca y total el suministro. Ribera ha defendido que esta propuesta "no es necesariamente la más eficaz, ni la más eficiente, ni la más justa".

Y ha querido mandar un mensaje de tranquilidad y respaldo a hogares e industria, aunque en el plan de Bruselas en ningún caso hay restricciones obligatorias para los consumidores domésticos al estar exentos por ser considerados críticos, como ocurre con los hospitales, por ejemplo: "Pase lo que pase en unos días que serán claves, y conscientes de que España tiene un papel fundamental porque es puerta de entrada de más del 30% del gas natural licuado (GNL) de la Unión Europea, es clave destacar una idea fundamental: pase lo que pase las familias españolas no sufrirán cortes de gas ni luz y pase lo que pase España va a defender a su industria".

Tanto el Gobierno como el propio sector energético e industrial español insisten desde hace meses que para España, a diferencia de otros países (principalmente, Alemania), no hay riesgo de seguridad de suministro. Esto se justifica por la baja dependencia del gas ruso (alrededor del 10% del total) y la diversificación de los países de origen de las importaciones, así como por el buen ritmo de llenado de los almacenes de gas en las últimas semanas. "Somos solidarios, pero no se nos puede pedir un esfuerzos desproporcionado. Nuestra capacidad de almacenamiento está en mas del 80% y la del resto de Europa entorno al 50%", ha avanzado la vicepresidenta.

En este punto, Ribera ha vuelto a insistir en la enorme capacidad de regasificación del país (con seis plantas tiene un tercio de la capacidad de toda la UE), lo que le permite ser puerta de entrada de más del 30% del GNL de la Unión Europea, y eso “se ha reflejado en facturas de consumidores domésticos e industriales de gas que, por tanto, no se merecen estas restricciones”. "España ha hecho los deberes pagando de manera constante y mucho más que los socios europeos ", ha añadido.

La vicepresidenta ha insistido en que "España va a ser solidaria con el resto de Europa", a través del uso de sus infraestructuras para poder aportar gas al resto de países --Ribera ha dicho que en el último mes más del 20% del gas importado se ha exportado a otros Estados Miembros--, y en ningún caso a costa de poner límites al consumo de su industria. “Sí creo que hay que apostar por el ahorro y la eficiencia; sí creo que hay que buscar de qué modo se pueden sustituir unos consumos por otros, hasta donde se puedan sustituir. Pero no consideramos la hipótesis de introducir racionamientos ni restricciones a ningún tipo de consumidor”, ha agregado.