Para una mayoría de Estados miembros el único elemento positivo en el debate energético europeo es que, finalmente, la Comisión Europea, tras mucho rogar e insistir, ha puesto sobre la mesa una propuesta legislativa para corregir el precio del gas. El problema, según la vicepresidenta tercera y ministra de transición ecológica, Teresa Ribera, es que los tres elementos sobre los que pivota la iniciativa -diseño, precios y condiciones- están “mal planteados”, “parece diseñada para garantizar que nunca jamás se llegue a aplicar” y “eso a España nos parece que es una broma de mal gusto”, ha explicado a su llegada a la reunión extraordinaria de ministros de energía que evaluará por primera vez la propuesta legislativa presentada el martes.

“A todas luces nos parece absolutamente inaplicable, ineficaz y fuera del propósito y de las demandas reiteradas por el Consejo de energía y por el Consejo Europeo”, ha señalado. A juicio de España el tope a partir del cual se activaría el mecanismo corrector, de 275 euros por megavatio hora durante dos semanas, es irrealista. “A nuestro juicio no puede exigirse un precio tan alto que nunca jamás llegará a aplicarse. Este verano no se hubieran podido aplicar estas previsiones porque se exige que durante 15 días seguidos se supere ese umbral de precios. Si durante 15 días seguidos estamos superando ese umbral, Europa tiene un problema muy serio. No hace falta que se haga nada porque es tan serio que probablemente no podría recuperarse de ese estado de shock”, ha esgrimido reclamando un no “precio fijo” sino un “precio dinámico” que tenga en cuenta los precios marcados en las plazas internacionales, con un plus adicional.

Ribera ha ido más allá. No solo considera que el plan de Bruselas está mal diseñado sino que además podría generar el efecto contrario al deseado y que en vez de bajar precio “incentive un incremento”, ha alertado a su llegada a un consejo de ministros que ha anticipado será “complicado” porque las posiciones nacionales están divididas. “Hay una gran mayoría de estados miembros que ven con gran preocupación lo lento que está reccionando la Comisión al mandato que ha recibido por parte del Consejo Europeo y el Consejo de Energía”, ha insistido.

Emergencia y renovables

Además de hablar del tope al precio del gas la agenda incluye la discusión sobre otras dos propuestas de reglamento. La primera sobre el reglamento de emergencia planteado por Bruselas en octubre y que incluye medidas de solidaridad y la puesta en marcha de compras conjuntas de gas y una segunda sobre la aceleración del despliegue de las energías renovables. Dos propuestas que, según Ribera, están estrechamente vinculadas con el tope al gas. “Respaldar hoy todo ese paquete dejando abierto un elemento tan importante como es la orientación sobre cuál debe ser la senda general de precios al que compramos el gas sería un enorme error”, ha recordado la vicepresidenta. 

“A nuestro juicio no es posible adoptar si no es en el mismo paquete, en el mismo día”, ha añadido manifestando dudas por ejemplo sobre el texto de las renovables que considera “confuso” y “desequilibrado” y que “puede llevar a una gran litigiosidad tanto por parte de los promotores de renovables como por parte de los defensores ambientales”. Según la representante española, lo más adecuado sería continuar con el trabajo técnico y llegar a un acuerdo sobre los tres elementos en dos o tres semanas. “Respaldar hoy parte de ese paquete, dejando abierto un elemento tan importante como es la orientación sobre cuál debe ser la senda general de precios al que compramos gas sería sería un error. Deberíamos adoptar las tres cosas simultáneamente y evitar el error de respaldar dos propuestas que son importantes pero parciales y dejar supeditado a una incertidumbre que está por resolver”, ha manifestado.