Mercado laboral

Los salarios cierran 2022 con la mayor pérdida de poder adquisitivo en dos décadas

Los sueldos pactados por convenio suben al 2,8%, tres veces menos que la inflación media del año, que fue del 8,4%

Una trabajadora en una oficina.

Una trabajadora en una oficina. / Manu Mitru

Gabriel Ubieto

El 2022 fue un ‘annus horribilis’ para el bolsillo de la inmensa mayoría de trabajadores en España. El peor en lo que va de siglo XXI, según los datos actualizados este martes por el Ministerio de Trabajo sobre convenios colectivos firmados. Los sueldos pactados entre patronales y sindicatos vía negociación colectiva cerraron el ejercicio con un incremento del 2,8%, una cifra tres veces inferior a la inflación media del 2022 (8,4%). Si se toma como referencia el último dato de IPC de diciembre, el 5,8%, la bajada de los salarios reales es menor, pero sigue siendo la más profunda desde que hay estadísticas disponibles.

En 2022 resistió el empleo pese a la desaceleración de la recta final del año, con la creación neta de 470.000 puestos de trabajo. Resistió como pudo el tejido empresarial, que registró una destrucción mínima de empresas del 0,2% (principalmente de menos de 5 empleados). Pero lo que no ha resistido a la mayor inflación desde los años 80 han sido los salarios, los primeros paganos de la actual crisis de precios en la que están inmersas las principales economías occidentales. 

Los trabajadores españoles llegaron a 2022 tras una década de salarios estancados, con la inflación y los incrementos salariales persiguiéndose a unos ritmos más o menos, dependiendo del año, empatados. No obstante, se disparó la luz, se disparó la cesta de la compra y se disparó la gasolina y ese precario equilibrio quedo barrido duramente y el pulso se ha impuesto en contra de la salud financiera de las familias. No todos han corrido la misma suerte. Por ejemplo, los beneficios de las empresas del Ibex 35 han crecido ocho veces más que los salarios desde la irrupción del covid

El 2022 deja varias 'primeras veces', una de ellas será que aquellos hogares en los que entra pensión no perderán poder adquisitivo -el Gobierno las ha blindado por ley según el IPC- y sí lo harán -salvo excepciones- aquellos que dependen de un sueldo. Los funcionarios también perderán capacidad de compra, aunque algo menos que sus colegas del sector privado. Sus sueldos subieron en 2022 un 3,5%, es decir, pierden cinco puntos de salarios reales. Una merma similar a la experimentada por aquellos asalariados que perciben el salario mínimo interprofesional (SMI), que subió un 3,6%.

La negociación colectiva ha evolucionado a dos ritmos durante este pasado 2022. Durante la primera mitad del año gran parte de los convenios colectivos que iban venciendo no se renovaban, en aras de que sindicatos y patronal lograrán cerrar por arriba un acuerdo salarial que luego guiará las renovaciones sector a sector. No obstante, el acuerdo entre la CEOECCOO y UGT no fue posible, chocando las partes en la obligatoriedad de ligar la revalorización de los salarios según la evolución del IPC.

En este punto la CEOE se cerró en banda y rechazó toda vinculación con la inflación, para así evitar que a final de año las empresas tuvieran que revisar al alza las nóminas. Y ese escollo hizo embarrancar la referencia de subida del 3,5% que preacordaron las partes. Finalmente el resultado ha acabado derivando en un incremento medio inferior, ese 2,8% que da este viernes el Ministerio de Trabajo. 

Desigualdad creciente entre sectores

Fracasado el acuerdo salarial, las centrales y patronales desencallaron con desiguales resultados varios convenios en la recta final del año. Poco tiene que ver el pliego de la hostelería de Barcelona, con una subida salarial del 4% sin cláusula de revisión salarial, con el metal de la misma provincia, que acabará subiendo hasta cerca del 7% gracias a la inclusión de dicha cláusula. Y es que las desigualdades salariales se han disparado este año, con solo el 30% de los empleados cubiertos por un incremento salarial superior al 3%. 

Paradójicamente, sectores que durante los últimos meses han experimentado un incremento de beneficios sin precedentes, son los que han pactado peores condiciones salariales con sus trabajadores este 2022. Es el caso de la banca y las energéticas, que con un 1,2% y un 1,9%, respectivamente, lideran por la cola la negociación colectiva por gremios. En un informe publicado el pasado julio, el Banco de España alertaba de que la mitad de las grandes empresas estaban ampliando sus márgenes de beneficios pese a la crisis de precios y señalaba especialmente a las compañías dedicadas a la explotación de crudo.