Cambio regulatorio europeo

El operador del mercado eléctrico español defiende su funcionamiento y rechaza la intervención

La presidenta de OMIE, Carmen Becerril, aboga por mejorar la regulación del mercado de futuros, hacer más interconexiones e impulsar el almacenamiento

Carmen Becerril, presidenta del operador del mercado ibérico de energía, OMEL.

Carmen Becerril, presidenta del operador del mercado ibérico de energía, OMEL. / JOSÉ LUIS ROCA

Sara Ledo

El operador del mercado eléctrico español, OMIE, se alinea con la propuesta de Alemania y de otros siete países de reforma del mercado eléctrico que pasa por introducir algunas medidas específicas para mejorar su funcionamiento actual, pero rechaza cualquier tipo de intervención como propone España. OMIE aboga por mejorar la regulación de los mercados de futuro -donde se negocia energía con entrega en días, meses o años-, así como fomentar una mayor integración del mercado interior europeo, a través del impulso de las interconexiones, y flexibilizar la demanda para atraer nuevas formas como el almacenamiento.

Así lo ha trasladado su presidenta, Carmen Becerril, durante la jornada 'Eólica y mercado', organizada por la patronal eólica (AEE) este martes en Madrid. “Todo se puede mejorar pero no tiene ningún sentido matar al mensajero. No hay que matar al mercado porque los precios son altos. Los precios son altos porque hay otros problemas estructurales que hay que atender”, ha advertido. En plena discusión sobre el funcionamiento del mercado eléctrico europeo, después de que la guerra de Ucrania haya disparado los precios de la luz (en España ha pasado de una media de 50 euros al año a 111 euros en 2021 y casi 210 euros en 2022), la presidenta del gestor español sale en defensa del mercado diario --"el mercado funciona, da las señales que le llegan desde el ámbito económico"-- y pone el acento en potenciar el mercado de futuros.

"Los mercados de futuros, que no dejan de ser mercados que blindan contra volatilidad extrema, no están siendo ni mucho menos aprovechados", ha declarado, tras reconocer que los llamados 'forward markets' llevan "dos años con caídas constantes de más del 50%" en España, lo que los sitúa “casi encaminados a la desaparición”. Pero Becerril advierte que la solución no es forzar a las eléctricas compren energía a través de subastas con un precio fijo marcado por el Gobierno, sino en modificar “la normativa que los regula y separarla de la norma financiera porque la problemática es distinta y el concepto de garantías y márgenes deben ser revisados”.

Coincide también Endesa, la principal eléctrica en número de clientes. Su subdirector de regulación, mercados mayoristas y gas, Eduardo Moreda, ha indicado que el problema principal es "la falta de desarrollo del largo plazo" que "hasta ahora no ha preocupado a casi nadie". "Teníamos un esquema bastante estable, con oscilaciones, pero dentro de un esquema contenido. Los clientes con cubrirse un año y el siguiente tenían suficiente, pero la realidad nos ha demostrado que eso no es correcto. Deberíamos pensar y buscar cómo cubrir esos precios a largo plazo. Ahí es dónde habría que hacer el esfuerzo, más que en intervenir el mercado", ha dicho Moreda en el mismo foro. El director de regulación de IberdrolaPatxi Calleja, que ha actuado de moderador, ha intervenido en la misma dirección al apoyar la propuesta alemana que establece, entre otras cuestiones, subastas voluntarias y "sin cambios retroactivos".

Reforma antes de 2024

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha confiado en tener una reforma del mercado antes de 2024, lo que supondría ponerla en marcha durante la presidencia española de la Unión Europea, según ha indicado durante su intervención en el foro de energía que de forma anual organiza el IESE. "No sé si llegaremos a resolver y tener en el diario oficial de la Unión Europea esa modificación durante la presidencia española, pero el calendario marca en mayo de 2024 las elecciones al Parlamento Europeo, por lo que en febrero o marzo la Comisión deja de estar operativa. Y yo sí creo que lo mejor es que las decisiones se tomen antes de que se celebren las elecciones. Si se nos queda colgando un expediente de estas características para un periodo entre mandatos dará lugar a confusión e incertidumbre sobre las señales y los compromisos que entiende Europa", ha añadido.