Informe de la OCDE

El salario real en España cayó el 5,3% en 2022 y a pesar de ello tributó hasta el 0,7% más

Empleados de Seat en Martorell.

Empleados de Seat en Martorell. / AFP

Rosa María Sánchez

España se sitúa entre los países cuyos salarios reales cayeron más en 2022. En media, los salarios reales cayeron el 3,3% el año pasado en el conjunto de los 32 países desarrollados que integran el estudio de la OCDE; en España la caída de los salarios reales fue del 5,3% y solo fue mayor en Eslovaquia, Lituania, México, Estonia, Eslovenia y República Checa, donde los sueldos llegaron a perder casi el 9% de su poder de compra.

"La inflación aumentó considerablemente en toda la OCDE en 2021 y 2022. En casi todos los países de la OCDE, el crecimiento de los salarios nominales no siguió el ritmo de la inflación, lo que provocó la caída de los salarios reales", señala la OCDE en su informe sobre fiscalidad salarial publicado este martes. El informe habla de un "golpe doble" de la inflación sobre los salarios: al mismo tiempo que la mayor subida de los precios en los 30 últimos años está recortando el poder de compra de los salarios (el 5,3% en el caso de España), el limitado incremento nominal de los sueldos está provocando una mayor tributación en los países que no han corregido el efecto de la inflación sobre los impuestos que gravan la renta (IRPF), como España. En el caso español, se estima una sobrecarga fiscal de hasta 0,7 puntos por efecto de la inflación, para el salario de una familia con dos hijos y un solo perceptor de rentas, con un salario inferior a la media (por debajo del 67% del salario medio)

Salarios reales

En 31 de los 32 países que integran este informe de la OCDE cayeron los salarios reales, pues las subidas de los sueldos no lograron compensar la tasa de inflación (solo en Hungría subieron en términos reales, el 2,5%). En España, la subida media de los salarios del 2,9% (hasta el tercer trimestre de 2022) se quedó muy lejos de la inflación media del 8,6%, lo que dio como resultado una caída del poder adquisitivo del 5,3%.

Y llueve sobre mojado, pues el informe de la OCDE también señala a España como el país con un menor subida nominal de los salarios desde 2010 (el 1,08%), solo por delante de Japón (1%) y de Grecia, donde los salarios nominales se ha recortado el 1,94% desde el estallido de la crisis de deuda del euro y el posterior rescate financiero del país. España figura también como el tercer país por la cola en subida nominal de los salarios en el periodo más reciente entre 2019 y 2022 (1,29%), solo por delante, de nuevo, de Japón (-0,43%) y de Grecia (-0,55%).

"Doble golpe" sobre los salarios

En su edición de 2023, el informe anual sobre fiscalidad y salarios que publica la OCDE está atravesado por las consecuencias de la inflación. Este doble golpe se acusa en países, como España, donde los Gobiernos han optado por no corregir el efecto de la inflación en el impuesto sobre la renta (no deflactación de la tarifa del impuesto y de las deducciones) para evitar la llamada "progresividad en frío" del impuesto (que lleva a pagar más impuestos por subidas salariales que, a lo sumo, solo equivalen a la inflación).

El informe de la OCDE señala que este "doble golpe" de la inflación sobre los sueldos está castigando sobre, sobre todo, a las familias con hijos, donde solo entra un sueldo y este, además es bajo. Para estos casos, a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios se une el perjuicio que supone la no corrección de la inflación en las ayudas familiares, cuando éstas permanecen congeladas. "El análisis muestra que el tipo de hogar compuesto por un solo padre que gana el 67% del salario promedio es particularmente vulnerable al arrastre fiscal inducido por salarios nominales más altos", añade.

En su análisis, la OCDE identifica un total de 17 países donde existen mecanismos automáticos de corrección de la inflación en sus respectivos impuestos sobre la renta (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Islandia, Lituania, Países Bajos o Estados Unidos, entre otros). En otros 21 países, el ajuste de los impuestos es discrecional, pero en 2022 se aplicaron diferentes fórmulas en Francia, Alemania o Austria, por ejemplo. No así en España. "Los resultados subrayan la importancia de indexar los impuestos laborales a la inflación para evitar que la carga fiscal aumente la carga fiscal en los países de la OCDE", subraya el informe.

El informe estima que, en media, para el conjunto de la OCDE, la llamada "progresividad en frío" ha añadido casi un punto de mayor tributación de los salarios en 2022 (0,9 puntos). Para España, esta sobrecarga fiscal se estima en una cifra menor: 0,33 puntos, hasta el 39,5% del salario bruto, si se suman impuestos y cotizaciones sociales para el salario medio de un soltero sin hijos. Para el supuesto de una familia con dos hijos y un solo perceptor de rentas, cuyo salario no llega al 67% de la media, la OCDE estima que la inflación elevó la carga fiscal en 2022 en una media de 3,6 puntos en el conjunto de los países desarrollados (hasta el 16,6%). Para el caso español, se estima una sobrecarga fiscal de 0,7 puntos, hasta el 25,4% del salario bruto (sumando impuesto de la renta y cotizaciones).