Juguetes
Scalextric pone rumbo a los 10 millones en ventas, pilotada por el nieto de quien la hizo ser lo que es
La familia Arnau recuperó hace algo más de un lustro el derecho de explotar la marca tras muchos vaivenes y ahora sus ventas crecen un 50%

El consejero delegado de Scalextric, Luis Arnau. / ELISENDA PONS
Paula Clemente
Ha querido el destino que la de Scalextric sea una historia llena de curvas, aunque ahora, quienes pilotan la máquina, las vean por el retrovisor desde la tranquilidad que da una recta. La compañía catalana que posee actualmente el derecho de explotar la marca, que lo tiene desde hace algo más de un lustro, la ha visto crecer un 50% anual en los últimos años. Hasta el punto que prevé terminar 2024 habiendo vendido el equivalente a 5 millones de euros (sobre todo estos días) y que prevé duplicar esta cifra hasta los 10 millones en otros tres años. “Necesitábamos ponerle cariño, marcarnos un buen objetivo a largo plazo y construir desde cero”, plantea su consejero delegado, Luis Arnau, nieto de quien hizo a esta icónica marca de circuitos y coches de juguetes ser lo que es.
José María Arnau la trajo de Inglaterra en los años 60. Al principio hacía solo importación, pero decidió empezar a fabricar también desde Barcelona y desarrollar producto propio. Al cabo de unos años, Scalextric pasó a ser toda suya. Y ahí empezó a crecer y crecer hasta morir de éxito. Luis Arnau, su nieto, solo desliza palabras clave: “Apertura de mercado, internacionalización, competencia…”. La cuestión es que la multinacional americana Tyco se hizo con el derecho de explotación de marca. Al cabo de unos años, volvió a un grupo de empresarios catalanes organizados en una sociedad llamada Tecnitoys que montaron solo para recuperar la marca. Y luego –al caer esta empresa víctima de la crisis del 2008– la marca juguetera Educa Borras. Y, finalmente, de nuevo, la familia Arnau.
En realidad, el padre de Luis siempre ha estado muy vinculado a ella. Fue, de hecho, una de las partes que se implicó en Tecnitoys para recuperar la marca a finales de los 90. “Scalextric no es un juguete al uso, es un producto con una componente de fidelización del usuario muy importante, hay que ir sacando accesorios constantemente, porque hay mucho coleccionista, hay que cuidar estos aspectos”, reflexiona Luis Arnau, quien ejerce ahora de consejero delegado de Scale Competition Xtreme, la empresa que han creado para explotar la marca. “Durante la época de Tyco se trató al producto como una marca de ‘mass market’, cuando Scalextric no lo merecía. Tecnitoys supuso volver a poner el foco en eso, y supuso una especie de resurgir del juguete, pero la crisis financiera les afectó mucho”, recuerda este joven empresario.
'Marketplaces', Estados Unidos y otros planes de futuro
Ahora lleva él el volante. Su ambición es construir una marca que preserve la esencia del juego (circuito y coche), pero vaya evolucionando incorporando determinadas funcionalidades tecnológicas. Por ejemplo, su producto estrella este año es un circuito por el que pueden correr hasta 9 coches a la vez en los dos raíles, que se pueden adelantar, hacer las paradas de repostaje obligadas en un circuito de verdad, simular el comportamiento que se tendría en determinadas condiciones meterológicas… y todo mediante una aplicación que permite configurar este tipo de cosas. Todo esto se diseña y desarrolla desde Barcelona, aunque la fabricación se haga en China.
Para la empresa como tal, lo que proyecta Arnau es un crecimiento todavía mayor en México (uno de sus mercados estrella), lograr este éxito también en Estados Unidos y seguir recuperando la conexión de marca con su público en España y Europa. Por lo pronto, acaban de cerrar un acuerdo que les hace recuperar a Fnac como punto de venta. En este sentido, el foco está puesto también en el universo digital, en vender más a través de ‘marketplaces’ como son Amazon o Aliexpress. “Hay puntos de venta que se pueden trabajar, pero sobre todo hay canales diferentes al canal tradicional que quizás puedan aceptar a una marca como Scalextric”, apunta Arnau, que también ve nuevas contrataciones en el horizonte y, por supuesto, crecimiento en ventas.
“Ahora estamos en cifras de facturación bajas para ser Scalextric”, reconoce Arnau. “Desde la crisis del 2008 ha habido varios cambios de mano y eso ha hecho que no se haya podido desarrollar consistentemente la marca”, se explica, quien también admite que no han ayudado el covid y todo lo que ha venido después. En cualquier caso, dice, están contentos. “La respuesta del mercado es buena, crecemos poco a poco y tenemos mucho recorrido por delante”, concluye. La siguiente gran meta, los 10 millones de euros de facturación.
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