Juicio
Just Eat acusa a Glovo de reventar el 'delivery' con sus falsos autónomos: "Es mucho más agresivo y sus costes mucho más bajos"
La compañía de las mochilas naranjas le reclama 295 millones de euros a la de las mochilas amarillas por competencia desleal

Repartidores de Glovo, Deleito y Deliveroo, riders en Barcelona. / Archivo

Barcelona acoge esta semana una guerra judicial en el sector del reparto de comida a domicilio. Just Eat, la histórica compañía que compró la cartera de la pionera Nevera Roja, se mide en el juzgado mercantil 2 de la capital catalana contra Glovo, el pujante unicornio barcelonés que suma un nuevo frente judicial con esta causa.
La primera le reclama 295 millones de euros en indemnizaciones a la segunda por lo que considera una "competencia desleal", al entender que Glovo ha ganado cuota de mercado durante estos últimos años a través de un modelo laboral que hasta ahora se basaba -según ha acreditado la Inspección de Trabajo- en falsos autónomos.
"Son mucho más agresivos [con ofertas a clientes y acuerdos de exclusividad con los restaurantes] y sus costes mucho más bajos", les ha reprochado el director general de Just Eat, Íñigo Barea, este martes en sede judicial. La compañía de las mochilas naranjas reprocha a su rival, de las mochilas amarillas, que ha reventado el mercado mediante un modelo laboral fraudulento.
Modelo por el que el consejero delegado de Glovo, Óscar Pierre Miquel, está siendo investigado en otro juzgado de Barcelona, pero de lo penal, por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores. Y un modelo que está finiquitando la propia Glovo, tal como escenificó este pasado lunes, un día antes del juicio, en su décimo aniversario, en el que estuvo acompañada por el president de la Generalitat, Salvador Illa.
También estuvieron en ese décimo aniversario los máximos representantes de los sindicatos CCOO y UGT, con quien Glovo empezará una negociación para consolidar un cambio de modelo laboral desde repartidores autónomos a repartidores asalariados y subcontratados. Modelo que es el que utiliza Just Eat desde hace años para su reparto.
Esa diferencia temporal, es decir, los años que Glovo ha estado operando bajo autónomos mientras Just Eat lo hacía vía asalariados, es el que emplea esta segunda compañía para argumentar, entre otros, esa competencia desleal que les ha ido arrinconando en cuanto a cuota de mercado.
Según han narrado durante su comparecencia dos directivos de Just Eat, en 2015, cuando nace Glovo, ellos tenían el 90% de la cuota de mercado del sector de reparto a domicilio. Un sector sustancialmente más pequeño entonces y que el surgimiento de las aplicaciones de comida a domicilio -Glovo, pero también Uber y Deliveroo (hoy ya inactiva en España)- disparó.
A medida que estos nuevos actores irrumpieron, Just Eat fue perdiendo cuota de mercado, hasta ubicarse en 2019 en un 50%, según datos aportados por la propia compañía este martes en sede judicial. Y hoy es más pequeña, sin acabar de concretar cuál y Glovo es la mayoritaria, sin tampoco concretarla.
Durante la primera sesión judicial -están previstas comparecencias hasta el viernes-, Just Eat ha tratado de demostrar que ha perdido esa cuota porque ellos decidieron contratar a sus mensajeros desde el primer día -tal como han dictado los tribunales y la Inspección de Trabajo- y ello les ha provocado mayores costes y peor servicio.
Mientras que Glovo ha tratado de demostrar que Just Eat tiene un modelo de negocio, no solo laboral, diferente, entregando menos tipos de pedido -Glovo entrega además de comida, parafarmacia o productos de supermercado, entre otros- y sacando gran parte de sus ingresos de ofrecer una 'app' al cliente, no el servicio de reparto.
"Somos más lentos"
Just Eat ha argumentado que Glovo y Uber, que opera bajo un modelo similar, le han ido quitando cuota de mercado porque sus pedidos llegan antes. "Somos más lentos", ha reconocido el director general de Just Eat. Ello no es debido a que los repartidores que trabajen para una compañía sean más lentos que los de otra, sino porque Glovo podía poner a más riders en circulación debido a que no los tenía en nómina, sino que solo les pagaba por pedido.
Glovo hasta ahora no paga por hora, sino que paga por pedido y no tenía a sus 'riders' en nómina, sino que eran estos quienes se pagaban la cuota de Seguridad Social. Ello le permitía tener a muchos más repartidores, ya que si de repente bajaba la faena, a Glovo no le costaba dinero. Solo pagaba si había pedido.
Por el contrario, Just Eat, en tanto que contrata a sus repartidores, tiene que pagar a sus mensajeros, haya o no haya pedidos. De media, según han explicado, cada reparto les cuesta entre 8 y 9 euros y cada mensajero realiza una media de dos repartos por hora. "Si te pasas y tienes a muchos 'riders' activos, te arruinas; si tienes pocos, el tiempo de espera de los usuarios se dispara y puedes perder clientes", ha afirmado el director general.
Just Eat también ha argumentado que al tener que pagar más a sus repartidores, tienen luego menos presupuesto para ofrecer condiciones atractivas para cerrar acuerdos de exclusividad con los restaurantes. Actualmente, hay marcas reputadas que solo se pueden pedir en casa a través de una única plataforma, lo que permite a estas captar mediante dicha exclusividad nichos de clientes. Y ha acusado a Glovo de poder tener más de este tipo de acuerdos ya que ahorraba dinero en riders.
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