La ayuda de 200 euros por hijo más esperada por los padres: todo lo que debes saber

Conoce cuál sería la única condición para cobrarla

La prestación univeral por crianza permitiría reducir la pobreza infantil.

La prestación univeral por crianza permitiría reducir la pobreza infantil. / EFE

Eneko López Rico

En un momento en que la crianza de los hijos se ha convertido en un desafío económico creciente para las familias españolas, el Gobierno busca dar un paso importante con la implantación de la prestación universal por crianza. Se trata de una ayuda mensual de 200 euros por hijo, desde el nacimiento hasta los 18 años, que podría suponer un alivio económico significativo para millones de hogares. Aunque la medida aún no ha sido aprobada formalmente, su posible entrada en vigor en 2025 ya ha despertado un amplio debate social y político.

El planteamiento de esta prestación nace con un objetivo claro: combatir la pobreza infantil y garantizar unas mejores condiciones de vida a los menores en todo el país. La iniciativa parte del grupo político Sumar y propone una ayuda económica universal, es decir, sin requisitos de renta ni de situación laboral, lo que permitiría que cualquier familia residente en España con hijos menores de edad pudiera beneficiarse de ella.

Uno de los argumentos principales a favor de esta ayuda es el notable aumento del coste de la crianza. Según datos de Save the Children, en 2024 el gasto medio mensual por hijo alcanzó los 758 euros, lo que supone un incremento del 13% respecto a 2022 y del 29% si se compara con 2018. Alimentación, educación, vivienda y actividades extraescolares son algunos de los gastos que más presión ejercen sobre las familias.

Requisitos para pedir la ayuda

En cuanto a los requisitos para acceder a la ayuda, la propuesta de Sumar establece que todas las familias con hijos menores de 18 años tendrían derecho a percibirla, sin necesidad de acreditar ingresos ni situación laboral. La única condición sería residir legalmente en España. Este modelo, inspirado en otras experiencias europeas, pretende evitar los fallos de cobertura que a menudo tienen las ayudas condicionadas. Sin embargo, también ha generado críticas por su falta de focalización en las familias más vulnerables, que podrían quedar en segundo plano si los recursos no se destinan de forma proporcional a quienes más lo necesitan.

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