TELECOMUNICACIONES
El núcleo duro de accionistas de Telefónica respalda los sacrificios del plan de Murtra a la espera de grandes compras
El Gobierno, Arabia Saudí y también CriteriaCaixa y BBVA aprueban el recorte de dividendos para acelerar el crecimiento y dan apoyo previo a una futura ampliación de capital para financiar adquisiciones que permitan dar un salto de gigante a la teleco

El presidente de Telefónica, Marc Murtra / EFE

Tras algo menos de 300 días como presidente, Marc Murtra ya ha desvelado sus cartas para impulsar una nueva Telefónica. En un Día D para la historia de la compañía, este martes dio a conocer su esperado nuevo plan estratégico para los próximos cinco años. El grupo de telecomunicaciones pone en marcha una transformación drástica con objetivos ambiciosos de crecer mucho más rápido, de ser más rentable y de convertirse en un actor realmente protagonista entre las telecos europeas y con un papel creciente en el campo de la alta tecnología y la ciberseguridad.
Una renovación con metas ambiciosas que cuenta con el respaldo unánime del nuevo núcleo duro de accionistas (los Estados español y de Arabia Saudí y también de CriteriaCaixa y BBVA, que controlan en conjunto cerca de un 35% del grupo) a pesar de los ‘sacrificios’ que les exigirá. Sacrificios inmediatos confirmados (con un fuerte recorte de dividendo) y sacrificios futuros más que probables (a modo de ampliación de capital para financiar grandes compras).
“Decisiones difíciles”, las calificó el propio Murtra. “Difíciles de explicar y difíciles de entender”, matizó el presidente del grupo en referencia a la dura reacción de la bolsa al nuevo plan, con la peor caída del precio de la acción desde la pandemia (con un descenso del 13%) y con una senda bajista que se está alargando en la sesión del día después (con otra caída de casi el 2,8%). “Pero mi compromiso es tomar todas las decisiones para transformar la compañía”.
Apoyo unánime de los grandes socios
El renovado plan estratégico, con todas sus decisiones difíciles (incluidos importantes recortes de costes de hasta 3.000 millones, entre los que se da por seguro un nuevo ajuste de plantilla, sea con un ERE u otros instrumentos), ha sido aprobado por unanimidad por el consejo de administración y cuenta con el "pleno respaldo" de todos los grandes accionistas que componen el núcleo estable de esta nueva Telefónica tras el terremoto accionarial del año pasado.
El Estado español a través de SEPI, el Estado de Arabia Saudí a través de la operadora Saudi Telecom (STC), el holding CriteriaCaixa -los tres con parques de entorno al 10% cada uno- y BBVA -con una participación de cerca del 5% pero también con asiento en el consejo- han dado luz verde a la nueva hoja de ruta de Telefónica.
Un respaldo unánime que supone un voto de confianza en los objetivos de crecimiento marcados por Murtra para los próximos años (con crecimientos de ingresos y rentabilidad de hasta el 2,5% en 2028 y de hasta el 3,5% en 2030), aunque lleven emparejados un recorte del dividendo que reciben y aunque se deje la puerta abierta a tener que hacer desembolsos en el futuro para proteger su peso en el accionariado en caso de una ampliación de capital para realizar grandes operaciones corporativas.
La nueva política de dividendos supone un zarpazo a la estrategia tradicional de la compañía de ofrecer rentabilidades atracivas. Telefónica mantendrá el dividendo ya comprometido para este año (con 0,30 euros en efectivo), pero lo recortará a la mitad el próximo año (hasta los 0,15 euros también en efectivo). El grupo se ahorrará el próximo ejercicio unos 850 millones de euros con la rebaja del dividendo, frente a los cerca de 1.700 millones que repartirá este año.
La estatal SEPI, Arabia Saudí y Criteria dejarán de recibir el año próximo unos 85 millones de euros cada uno por la rebaja de la retribución (un tema sensible especialmente para el holding inversor de la Fundación LaCaixa, que tiene en los dividendos de sus compañías participadas la fuente de ingresos para alimentar su obra social). Y BBVA percibirá cerca de 42 millones de euros menos en 2026.
La contención del reparto de dividendos continuará en los ejercicios siguientes, pero aún sin concretar con exactitud la magnitud de la rebaja. La nueva Telefónica se marca unos objetivos de remuneración para 2027 y 2028 también a la baja, basados en un rango de entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre como base del dividendo, y cuya cuantía concreta se aprobará por el consejo de administración más adelante en función de diversas variables para asegurar la flexibilidad financiera.
La ‘extra’ de la consolidación
La cúpula comandada por Murtra insiste en que el nuevo plan estratégico Transform & Grow (Transformar y Crecer) sólo contempla cambios puramente orgánicos, con medidas operativas, de inversión y de ajuste para acelerar la expansión del grupo y fortalecer su flexibilidad financiera. Y por encima de ese plan, como oportunidades adicionales pero no recogidas expresamente en la nueva hoja de ruta, se estudiarán operaciones corporativas para aprovechar el proceso de consolidación que se da por hecho en el sector de las telecos europeas. El objetivo es crecer. Crecer con compras se ve actualmente como un extra.
Telefónica promete que estará "preparada para capturar las oportunidades que se presenten y generen valor a los accionistas" cuando se inicien los movimientos de consolidación, primero dentro de los países y luego a escala continental. El grupo no concreta fusiones ni compras y no detalla cuáles son las posibles oportunidades de consolidación que estaría dispuesta a acometer. Pero el propio Murtra reconoció que ya hay "conversaciones continuas" en sus grandes mercados en busca de opciones. En las quinielas del sector se apunta desde hace meses la posibilidad de que Telefónica emprenda un proceso de fusiones en el mercado español con Vodafone España o Digi como candidatos, pero también en Alemania con la operadora 1&1 o en Reino Unido con Netomnia.
Telefónica reconoce estar totalmente dispuesta a protagonizar estos movimientos corporativos y para financiar operaciones de gran tamaño deja la puerta abierta a una ampliación de capital en el futuro, otro ‘sacrificio’ que obligaría a sus accionistas a grandes desembolsos para evitar que sus participaciones se diluyan. "Si hubiera una gran operación relevante encontraríamos la manera de financiarla. Y una manera sería una ampliación de capital", admitió Murtra, que subrayó que también cuenta para ello con el “apoyo previo” del núcleo duro de accionistas.
Telefónica condiciona la ejecución de operaciones de fusión o adquisición a que permitan sinergias de costes y operativas (especialmente en redes), a que sea a un precio adecuado, y a que las condiciones -remedies- que impongan los reguladores de la UE sean razonables (particularmente que no impliquen mantener la actual estrategia comunitaria de cuatro grandes operadores en cada estado miembro).
El objetivo último del plan de Murtra pasa por convertir a Telefónica en una “teleco líder con una escala rentable”. Primero con medidas únicamente orgánicas, después buscando un salto de gigante en España y en Europa mediante compras. “Todo lo que hagamos será para dar valora a nuestros accionistas. Si no, no lo haremos”.
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