Todo el año trabajando a esperas de que lleguen las deseadas vacaciones, y cuando al final se pone un pie en la playa, recibir un email o llamada de trabajo. Desgraciadamente muchos españoles se sentirán identificados con esta situación, ya que la digitalización junto al auge del teletrabajo han provocado que muchos empleados no consigan desconectar en su periodo vacacional.

Otros factores como el miedo a no estar a la altura laboralmente, junto a la adicción al trabajo y la constante conexión a los dispositivos electrónicos también influyen en que muchos ciudadanos no sepan desvincularse de su empleo durante las vacaciones. No obstante, no conseguir esta desconexión puede acarrear muchas consecuencias negativas en el trabajador. "Los síntomas más frecuentes son: agotamiento, dolores de cabeza y vista cansada. En general, manifiestan una disminución de agilidad mental que puede ocasionar dificultad para comprender, retener nueva información y concentrarse, por ello necesitan más tiempo para escribir emails, responder a consultas, etc.", explica Eduardo Martín Cardona, CEO de Alares. Por lo tanto, a la larga, el no desvincularse de las tareas laborales durante el período laboral puede afectar a la salud de trabajador y por ende a su productividad dentro de la empresa.

¿Cómo conseguir la ansiada desconexión laboral?

  • Medir el tiempo de uso del ordenador, del móvil y de las aplicaciones destinadas al trabajo. "Hacer un autodiagnóstico e ir disminuyendo los tiempos hasta llegar al objetivo final", asegura.
  • Reconocer la situación, así como el compromiso y voluntad para hacer la desconexión.
  • Informar a nuestro entorno laboral de nuestros horarios. "Cómo y cuándo queremos que se comuniquen con nosotros", comenta.
  • Utilizar solo el móvil personal durante las vacaciones, en caso de que también se tenga uno laboral.
  • Hacer uso del 'out of the office' (fuera de la oficina) cuando no se está trabajando. "Esto es importante porque nos evitará estar chequeando el email cuando estemos de vacaciones".
  • Tener dos cuentas de correo (la del trabajo y la personal) y no mezclarlas.

Sin embargo, advierte que no vale con apagar el móvil o el ordenador y no mirarlo en semanas, ya que eso puede degenerar en una 'reconexión tóxica' cuando haya que regresar al trabajo. "La desconexión no puede ser indefinida; por lo que es imprescindible fijar muy bien las pautas para una 'reconexión' segura y no tóxica con los dispositivos tecnológicos", cuenta.

Competencia de las empresas

A pesar de ser un derecho laboral recogido en la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, muchas empresas siguen poniéndose en contacto con sus trabajadores fuera de su horario laboral. Es por este motivo que también es competencia de las empresas garantizar la desconexión laboral de sus trabajadores. En esta línea, desde Alares recomiendan la creación de 'Comités de Valoración' para que las empresas y las plantillas puedan acordar y adoptar medidas concretas que realmente proporcionen la ayuda para conciliar. "Y no solo en el ámbito de la vida familiar", matiza Martín "sino en el del ocio e intereses personales. Todo ello redundará en un mayor sentimiento de pertenencia, mayor compromiso y mayor productividad".

A peor con el teletrabajo

El teletrabajo mal gestionado puede tener un impacto negativo en la desconexión laboral de los trabajadores, ya que las líneas entre trabajo y tiempo libre tienden más desdibujarse. Así lo advierte Martín que explica: "En el último año, se habla mucho de nuevos conceptos como 'trabacaciones' o 'workations', pero no debemos caer en el error de confundir vacaciones y trabajo. Está muy bien trabajar en lugares cómodos, relajados o incluso aprovechar para vivir en nuevos destinos gracias a la flexibilidad del teletrabajo, pero es necesario que sepamos desconectar cuando no estamos trabajando", puntualiza.

Según un análisis de Alares sobre tendencias en el teletrabajosolo el 31% de las empresas ha puesto en marcha un plan de conciliación acorde a las nuevas necesidades de conciliación de la vida personal y laboral, por lo que la mayoría de organizaciones deben seguir trabajando en este sentido para conseguir mejorar las condiciones de vida de su capital humano y con ello aumentar su productividad.