Bolígrafos, carpetas, sillas, e incluso el actual gel hidroalcohólico. Son elementos de uso habitual en la mayoría de oficinas españolas, y que sin ellos el correcto funcionamiento de un día laboral no sería posible. Por eso empresas como Lyreco, que se dedica a proveer material de oficina, tienen un papel clave aunque a veces resulte imperceptible.

Desde hace más de 30 años esta empresa francesa se situó en en Cornellá de Llobregat (Barcelona), y desde allí distribuye soluciones y servicios para el lugar de trabajo, desde material de oficina, papelería corporativa y renting de impresoras a soluciones de seguridad laboral, packaging, mobiliario, alimentación o productos de limpieza.

Actualmente el grupo trabaja para el 70% de las compañías del Ibex 35 y factura una media de 128 millones de euros. No obstante, estas cifras no son lo más destacable de la compañía, si lo es el compromiso con la sostenibilidad que abandera desde hace años. "Garantizamos que nuestra relación comercial transcurra teniendo en cuenta la sostenibilidad: ofreciendo productos sostenibles, haciendo negocios con ética, cumpliendo con el marco legal, minimizando los embalajes, haciendo que los procesos respeten el medioambiente, apoyando la educación infantil, cuidando de los empleados… En otras palabras, que la relación con nuestros clientes contribuya positivamente en las personas, en la sociedad y en nuestro entorno", explica Marta Flores i Pallarès, la directora de Calidad, Seguridad y Sostenibilidad de Lyreco Iberia.

"Últimamente tengo la sensación de que se está demonizando al plástico y no siempre es el problema"

Apuesta por la economía circular

La compañía, que es miembro del Pacto Mundial de Naciones Unidas desde 2004, se ha propuesto una serie de objetivos para 2025 que pasan por integrar a la compañía de manera completa es un modelo de economía circular. "Nuestro compromiso de economía circular pretende cerrar el círculo entre proveedores, fabricantes y clientes,en todo el ciclo de vida de los productos, desde la selección a la recogida para ofrecer soluciones sostenibles", cuenta.

En este punto, Flores i Pallarès deja claro que el problema no son los materiales con los que están fabricados los productos, sino de cómo se fabrican esos productos y qué ciclo de vida tienen. "Últimamente tengo la sensación de que se está demonizando al plástico. Si un producto está hecho de plástico, pero es 100% reciclado, tiene una larga vida útil y es a su vez reciclable, no siempre tiene que ser un problema. De ahí nuestra apuesta por la economía circular", explica.

La encargada de sostenibilidad de Lyreco se enorgullece de que estos actos de su compañía puedan tener un impacto positivo en todo el sector. "Si Lyreco apuesta por vender productos que promuevan la economía circular, los fabricantes tendrán que compartir esta misma filosofía y entre todos reduciremos el consumo de materias primas, evitaremos la generación de residuos, etc.", sostiene.

"La sostenibilidad fideliza, mejora la reputación y la imagen de marca"

Empresas y empleados, cada vez más concienciados

Aquellas empresas que tienen nula preocupación por el medio ambiente y el impacto de su actividad en el planeta están destinadas a desaparecer. O eso cree Flores i Pallarès que asegura que la mayor parte de sus clientes ya les exigen hacer negocios de forma ética fomentando acuerdos en sostenibilidad. "La sostenibilidad fideliza, mejora la reputación y la imagen de marca. Los clientes ya no solo se preocupan por el coste, ven que trabajar con ética añade valor a los negocios y les diferencia del resto. La empresa que es respetuosa con las personas, con la comunidad, con el medioambiente y con la sociedad proyecta una reputación que genera confianza en los socios comerciales y clientes", comenta.

Esto cambio que han sufrido las empresas está impulsado por los propios empleados, y sobre todo por las nuevas generaciones que "prefieren trabajar en organizaciones con un compromiso social y ambiental, que promueven la multiculturalidad y la diversidad. Al mejorar las condiciones para el cliente interno se retiene talento, hay menos rotación y mejora la productividad", según Flores i Pallarès.

La responsable de Lyreco es de la idea de que ‘querer es poder’, por eso asegura que cuando la alta dirección de una empresa está convencida, no hay barreras para implantar la sostenibilidad. Aunque reconoce que si existe un obstáculo: el presupuesto. "Tenemos que ser coherentes y encontrar el equilibrio entre hacer inversiones en sostenibilidad, que sean rentables, e invertir tiempo en comunicar con transparencia, sensibilizar, empoderar a los empleados… porque eso te da credibilidad y refuerza tu imagen", explica.

Falta de ayudas gubernamentales

En este sentido, señala directamente a las autoridades gubernamentales de crear, en ocasiones, modelos legislativos o marcos legales que dificultan a las empresas ser sostenibles. "En sostenibilidad no todo pasa por hacer inversiones, pero cuando se hacen, tienen que ser rentables para asegurar la viabilidad y continuidad del negocio. En muchas ocasiones ser sostenible implica ir por delante de la ley y no poder beneficiarte de ayudas", recuerda.