La llegada del periodo estival implica el comienzo de la campaña de recogida de la fruta en distintos puntos de Aragón, si bien algunas comarcas ya llevan trabajando días en la recolecta. La pasada campaña ya fue “corta” en kilos recogidos, y este año “lo será aún más”, según el responsable del sector de la fruta en UAGA, Óscar Moret. La culpa la tiene una climatología adversa y continuamente alterada (las heladas de mediados de marzo o las fuertes tormentas de los últimos días) que ha provocado que la producción caiga un 14% este año, con una previsión de recolectar 535.509 toneladas, por las 625.129 de 2020.

Aragón destina más de 37.000 hectáreas a la producción de fruta dulce, principalmente en las comarcas de Valdejalón, Bajo Cinca, Calatayud, Aranda, Caspe-Bajo Aragón, Calanda, Matarraña y La Litera, siendo el melocotón el alimento con más arraigo en la comunidad (11.711 hectáreas de cultivo). La superficie dedicada a los frutales ha disminuido si se compara con los datos de 2017, entonces había unas 38.385 hectáreas., y en esta última PAC (año 2020) se declararon 37.524, lo que supone una disminución del 2%. Por producciones, la superficie cultivada de melocotón se ha reducido un 12% y la de manzana casi un 14%. Sin embargo, la superficie de la cereza ha aumentado en poco más de un 11%, con respecto al año 2017.

No obstante, los efectos del temporal van por barrios. Algunas comarcas aragonesas han sufrido más desperfectos que otras y la producción no se ha visto tan afectada. Así, las zonas más dañadas han sido las comarcas oscenses del Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera, las zaragozanas de Calatayud y La Almunia, y las turolenses del Jiloca y el Bajo Aragón. Pero otros lugares como Caspe o Mequinenza, que son habituales en el cultivo de la cereza, han superado las heladas. Las previsiones en estos dos lugares, ha expresado Moret, indican que podría haber una “producción completa” de cereza y “aceptable” en otras frutas de hueso. De hecho, será la única fruta que se salve de la quema y aumentará un 19% sus resultados de recolecta hasta las 35.000 toneladas.

Además, la cereza tiene una especial relevancia en el sector aragonés por su atractivo en el mercado internacional. “Aragón se ha convertido en un gran productor nacional y europeo de cereza. Es un dato importante porque la cereza es apreciada en mercados europeos y hace que la fruta de la comunidad entre antes en el mercado internacional”, ha apostillado el responsable de la fruta en la organización agraria.

El resto de frutas sufrirá una caída en la producción. En lo que respecta al melocotón y la nectarina (previsión de 263.000 toneladas), hay zonas productoras como el Bajo Cinca, Calatayud y Valdejalón que han estado muy afectadas por las heladas, con más de un 50% de daño, así que habrá una reducción del 30% en cuanto a producción. También lo están el Bajo Aragón y Calanda, donde habrá menos melocotón. Moret ha hecho hincapié en el caso de la cooperativa de Mazaleón donde un virus ha afectado a la fruta. “Ese problema ha dado al traste con el total de la producción de la cooperativa de Mazaleón, de las 180 hectáreas quizás se mantengan siete”, ha señalado.

El hielo acumulado en la provincia de Huesca y el Valdejalón reducirá la cosecha de albaricoque un 50% respecto a 2020, sumando 11.000 toneladas por las 20.936 del año pasado. El cultivo de la ciruela (8.500 toneladas) también sufrirá una caída del 7%, mientras que en lo que respecta a la manzana (70.000 toneladas) o la pera (40.000 toneladas), salvo en la comarca de Calatayud en la que parece que el hielo ha provocado daños que merman la cosecha cerca de un 40%, en el resto de zonas productoras se espera “una buena cosecha”. Por tanto, “más o menos estaremos en las mismas producciones que en el año 2020”, han expresado desde UAGA (reducciones apenas del 4% o del 15%, respectivamente).

Menos producción, menos trabajo

La situación de la producción en el sector frutícola aragonés obliga también a replantear las previsiones de contratación temporal para cumplir con las obligaciones de la campaña. Aunque en la Litera, en el Cinca Medio, Valdejalón o Calatayud las condiciones de empleo serán “las mismas”, en otras zonas como el Bajo Cinca puede llegar a haber hasta un 50% menos de empleo. Asimismo, en Caspe se confía en una subida del número de puestos de trabajo para la campaña, con un mes de marzo donde hubo “más que el año pasado”.

Moret ha considerado que para la salud podría suponer una “ventaja”, porque los contagios son humanos principalmente y al existir un menor número de trabajadores el riesgo disminuye. Pero también ha querido agradecer al Gobierno de Aragón la vacunación de los temporeros, ya que “empezar en Caspe ha sido positivo y ha generado confianza en el sector y en las zonas rurales”, y ha puesto en valor iniciativas que se han llevado a cabo para encontrar sitios habitacionales para los trabajadores, como la iniciada en Albalate de Cinca.