El covid-19 no ha cambiado el espíritu humano de Martín Martín. Proteger a las trabajadoras y clientes es su pilar fundamental, como muestra la apuesta de la empresa con el mantenimiento de todos los puestos de trabajos sin realizar ningún ERTE. «Esto nos da mucha tranquilidad y, además de respaldada, te sientes acompañada», declara Yolanda Mompel, encargada del Martín Martín de la calle Cuarta Avenida de la Paz. «Estamos haciendo una bolsa de horas para devolverlas más adelante», explica. Una quietud que abarca a los consumidores a través de las medidas de higiene de las tiendas.

«Tenemos mascarillas, mamparas de protección, gel hidroalcohólico, bandas adhesivas de limitación del aforo, etc. Tenemos una limpieza constante y eso da tranquilidad al cliente», dice la encargada, que añade que «también nos han dicho que están contentos y calmados porque han visto que no se han subido precios. Al final, ellos pueden entrar con un miedo propio pero si las cosas están bien hechas y les damos tranquilidad, ellos nos dan su sonrisa. Y encima les vendemos cosas buenas». A estos aspectos la dependienta suma la «calidad humana» de Martín Martín. «Al final, queremos ayudar a los demás y ayudamos poniendo la barra del pan. Pero no solo damos la barra del pan, sino que también generamos emociones», concluye Yolanda, quien afirma que «la amabilidad es muy gratuita».