- El covid-19 ha golpeado con fuerza al tejido empresarial tanto a nivel nacional como local. ¿Cómo ve su efecto y el futuro de la recuperación en Aragón?

- El golpe económico ha sido muy fuerte tanto en Aragón como en España; también mundialmente. Si a principios de año se preveían crecimientos en torno al 2% del PIB; ahora las previsiones hablan de descensos entre el 5,8% y el 15,1%. Ya en el primer trimestre, la caída ha sido notable, y también la pérdida de empresas y empleo, pese a haberse frenado en parte con los erte. La situación es muy complicada. No obstante, soy moderadamente optimista, confío mucho en nuestro tejido productivo y espero que desde las administraciones se procure conformar un entorno adecuado para su reactivación y, con él, la del empleo y la capacidad de generar también recursos públicos. Lo fundamental es avanzar en esa dirección.

- ¿La Estrategia aragonesa para la recuperación social y económica que ha firmado CEOE Aragón va en esa línea?

- La estrategia y todo el proceso de diálogo que ha llevado a ella son importantísimos, por lo que suponen de unidad frente a un objetivo que debe ser necesariamente común: la recuperación, y porque ese esfuerzo que hemos hecho todos por analizar y pactar unas líneas de acción compartidas genera confianza en los ciudadanos, en las empresas y posibles inversores. Además, recoge actuaciones necesarias para buscar la reactivación, desde medidas para favorecer la liquidez de las empresas, planes sectoriales y temas de agilidad administrativa que repercuten en la viabilidad de proyectos generadores de riqueza y empleo, hasta aspectos sociales o sanitarios, pasando por reivindicaciones comunes hacia el gobierno central que, con esta unidad tienen más fuerza. El objetivo es ayudar a agilizar la recuperación y no dejar a nadie atrás.

- Entre las peticiones al gobierno nacional destacan el refuerzo de los erte y el diálogo social, ¿son factores claves?

- Sí. Los expedientes de regulación temporal de empleo están siendo muy útiles para contener la destrucción de empleo y empresas, que sin ellos se verían obligadas a cerrar y despedir. Pero la economía no se reactiva automáticamente, así que su flexibilización y prolongación más allá de septiembre, y seguramente de diciembre, resulta imprescindible para no desandar parte de lo andado hasta ahora. Lo mismo ocurre con el diálogo social, entre representantes de empresarios y sindicatos con el ejecutivo, especialmente en todo el terreno laboral y de tejido productivo. Somos sus principales actores, quienes mejor lo conocemos. Tomar decisiones de espaldas a este diálogo sería un sinsentido que no nos podemos permitir.

- CEOE Aragón ha articulado gran parte de la solidaridad empresarial y algunas otras acciones en estos meses...

- Las empresas están mostrando en esta crisis su gran compromiso con Aragón y nosotros estamos muy orgullosos tanto de ser vehículo de la solidaridad de muchas, que ha permitido donar gran cantidad de material sanitario a Salud en lo peor de la epidemia, como de representar y trabajar por empresas y empresarios, que se están dejando la piel para salvar sus negocios y empleados.