Nadie quiere recibir la noticia de que han visto a su hijo fumando porros. Puede que nuestra primera reacción ante tal situación sea la negación. Sin embargo, el consumo de cannabis en la adolescencia es más común de lo que nos queremos hacer creer. Según la encuesta de 2021 del Observatorio Nacional de las Drogas y las Adicciones, un 22,1% de los jóvenes entre 15 y 24 años afirma haber consumido al menos una vez en el último año.

¿Qué debemos hacer si fuma porros, cómo debemos abordar la situación? Os damos algunas claves.

Cómo actuar si pillo a mi hijo fumando porros

En el caso de tener la sospecha de que nuestro hijo fuma, es complicado saber por dónde empezar. La educadora social Anais López nos aconseja que el primer paso sea “empezar por nosotros e identificar cómo nos sentimos en ese momento, para después poder actuar de la mejor manera que sepamos y podamos”.

Para ello es importante preguntarnos cómo nos sentimos y tener un poco de autocontrol. "No debemos dejar secuestrarnos por las emociones que en ocasiones nos hacen decir y/o hacer cosas de las que muchas veces nos terminamos arrepintiendo. Es necesario actuar con serenidad y no dramatizar”, explica la educadora social.

"Sabemos que hablar de drogas con nuestros hijos es difícil, pero no es imposible y sí necesario"

Anais López - Educadora social

Anais López apunta también que “no es recomendable llegar delante de nuestro hijo y confrontar como si nada, puesto que podemos conseguir el efecto contrario: no saber qué es lo que está pasando en realidad”. Por ello, “respirar, llegar a casa y compartir con nuestra pareja, familiares, amigos… ayuda a poner orden en la secuencia de cómo queremos abordar la situación. Y, aunque ya sabemos que hablar de drogas con nuestros hijos es difícil, pero no es imposible y sí necesario”, concluye.

"Ponernos una venda en los ojos es nuestro peor enemigo en la prevención desde casa"

Anais López - Educadora social

La negación es la peor enemiga de la prevención

Hay que tener especial cuidado con la negación, "puesto que nos impide ver una parte de la información desagradable y seguir como si no hubiera pasado nada. Lo que no sirve en prevención del consumo de drogas es pensar que nuestros hijos no están expuestos a las situaciones de riesgo que en ciertos momentos de su vida se van a encontrar. Ponernos una venda en los ojos es nuestro peor enemigo en la prevención desde casa", señala la educadora social.

Por ello, como explica Anais López, "toda información que nos llegue u observemos hay que darle un lugar para poder instaurar estrategias de protección oportunas". 

La prevención de drogas empieza en la infancia Unsplash

¿Cómo hablar de drogas con nuestros hijos?

Anais López nos propone estos consejos para hablar sobre drogas con nuestros hijos e hijas:

  • Recopila información en cuanto a cuál es su grupo o grupos de iguales, cuándo sale de casa o del colegio, con quién está y dónde está. No se trata de convertirnos en investigadores ni detectives, ni dejar de respetar su derecho a la intimidad, sino conocer el entorno más cercano de nuestros hijos y cómo actúan con su grupo de amigos.  
  • Detecta señales de alerta. Hay que estar más atentos a posibles señales de alerta que pueden darnos datos de posibles consumos de nuestros hijos como pueden ser el descenso en el rendimiento escolar, cambios de humor, cambio de actitud, alteraciones en el sueño, saltarse límites y normas, ojos rojos… Estos datos objetivos nos dan más información en cuanto a si hay algo de verdad en ese comentario y poder saber ante qué situación nos encontramos y cuál es su alcance, si es que lo hay.  
  • Mantente informado: También es importante estar informado en cuanto a las sustancias y las pautas de consumo así como de las consecuencias que tienen a corto y largo plazo. 
  • No pospongas: No se debe demorar mucho tener una conversación con nuestro hijo de lo sucedido, para ello hay que tener en cuenta que no todos los lugares y momentos son idóneos para hablar del tema. Hay que afrontar la situación sin pasarla por alto o restarle importancia, sino de manera natural.  
  • Calibra a la hora de usar un tono de voz adecuado y un lenguaje que ellos puedan entender. De esta manera podremos intentar tener una conversación sin dejarnos llevar en exceso por las emociones.  

"Acusar o amenazar puede alejarnos del objetivo principal: saber si la información que nos ha dado es verdadera"

Anais López - Educadora social

  • Flexibiliza a la hora de sacar el tema hay puesto que no siempre pueden tener nuestro mismo punto de vista. Por lo que también es importante dejar hablar sin interrumpir y que ellos puedan expresar y aclarar la situación sin sentirse acusados y juzgados.  
  • Empatiza: No hay que olvidarse de la edad que tienen y de cómo se pueden sentir hablando de un tema tan delicado como este.  
  • No acuses, amenaces e interrogues. Hacerlo sería una manera errónea de acercarnos a nuestros hijos, alejándonos del objetivo principal: saber si la información que nos han dado es verdadera. Claro que es necesario preguntar, pero no en forma de batería de preguntas que en la mayoría de veces no obtenemos respuestas. Es importante ser humildes a la hora de hablar con ellos de lo sucedido y no utilizar la mentira, puesto que a ellos les exigimos que no lo hagan. No pasa nada por decir la fuente de donde viene la información y por qué se ha sacado el tema.  
  • Y por supuesto, hay que ser firmes y claros en cuanto a la posición que tenemos en referencia al consumo de sustancias.  

Cómo trabajar la prevención del consumo de drogas

Es muy importante que tengamos en cuenta que, como apunta Anais López, la prevención empieza desde la infancia.

"Insisto en la importancia de ver, saber, conocer y no negar que nuestros hijos también pueden tener contacto con las sustancias. Pensar que los demás sí pueden hacerlo pero mi hijo no nos impide ver señales que nos indican que algo está pasando. Muchas veces cuando nuestros hijos salen de casa, sabemos realmente dónde van y con quién van, y aunque creemos conocer a nuestros hijos, en algunos aspectos nos faltan datos", señala López.

"Pensar que los demás sí pueden hacerlo pero mi hijo no nos impide ver señales que nos indican que algo está pasando"

Anais López - Educadora social

Y si es así, y efectivamente nuestro hijo fuma porros, "la prohibición no sirve, pero sí sirve hacer que nuestros hijos sepan los riesgos que conlleva el consumo de sustancias y, por supuesto, actuar en consecuencia con sus actos. Nunca está de más pedir ayuda y asesoramiento para poder saber qué hacer en estos momentos tan delicados", concluye Anais López.