Aquí llegué con la niebla y la lluvia donostiarra.

Aunque parecía inminente no iba a salir.

Tengo la sangre argentina, pero no me amarra.

Ellos me quieren siempre libre, puedo ir... venir.

Piel blanca, ojos café, espigado, de pelo rizado.

Cuando me miro así me reflejo ante el espejo.

Soy igual a mi madre, que sus genes he pegado.

No me importa nada cómo sea cuando viejo.

La tranquilidad es mi compañera de siempre.

A la nobleza y sencillez me han enseñado,

que son muy valiosas y no es un bien que se compre.

Tímido soy, con suerte quedará en el pasado.

Adonde voy no sé, el futuro me esperará.

Docencia es algo que me gustaría probar.

Si luego no me decido, todo cambiará,

mas proclamaré felicidad sin molestar.