No solo los locales de juego y apuestas suponen un riesgo para los menores, algunos de los videojuegos con mayor tirón entre los adolescentes, como FIFA, Fortnite o Clash Royale, incitan, a través de recompensas inmediatas, al gasto de pequeñas cantidades de dinero que a la larga se pueden convertir en grandes sumas.

Cada vez más videojuegos y juegos online ofrecen a los jugadores la opción de realizar micropagos para apostar o conseguir objetos y nuevos personajes. La secretaria de la Asociación Zaragozana de Jugadores Rehabilitados (Azajer), Mirian Gañán, explica que este tipo de juegos funciona como «una tragaperras virtual». «Están pensados para que los usuarios nunca paren de jugar», prosigue, y destaca que «nunca te va a salir el objeto o personaje que tú quieres».

En cuando a los juegos de apuestas para ordenador o móvil, como Coin Master, «está demostrado que la plataforma, juegues desde donde juegues, funciona con cinco ciclos. En el primer ciclo pierdes y en los cuatro siguientes ganas». Según la secretaria de Azajer, «esto genera la falsa idea de que cada vez que vayas a jugar a las tragaperras vas a ganar, cuando la realidad es que vas a perder dinero».

Los jóvenes comienzan apostando pequeñas cantidades de dinero mediante las cuentas bancarias asociadas a los ordenadores o teléfonos móviles, o a través de tarjetas prepago. «Estas tarjetas están disponibles hoy en día en muchos hipermercados al alcance de cualquiera», cuenta la secretaria de Azajer, que añade que «muchos niños ya no piden regalos sino dinero para comprar este tipo de tarjetas y poder jugar».

Para muchos jóvenes el primer contacto con los juegos de azar se produce con los videojuegos y juegos online, donde la ley apenas llega o si lo hace, tiene más complicado comprobar la identidad y edad de los jugadores.