Mis abrazos perdidos los vi al asomarme por la ventana. Volaban igual que las hojas amarillas de los ginkgo biloba de otoño. ¿Dónde irían? Y pensé tengo que cogerlos, retenerlos, abrazarlos, quedármelos todos para que no se pierdan pero fue entonces cuando me comunicaron la fatal noticia, nunca volvería a volver a ver a Inés.

Decidí escribirle esta carta como si el tiempo no hubiera pasado, dicen que uno no muere si está en el pensamiento y ella estará siempre en el mío.

Querida Inés:

Abrázale con todas tus fuerzas.

Abrázale como si no hubiera un mañana, como si fuera la última vez que lo pudieras hacer; porque aunque tú aún no lo sepas, así va a ser.

Pese al carácter repetitivo de cada día, la cuarentena se va a asemejar a una montaña rusa de emociones. En estos últimos meses has aprendido el significado de resiliencia, paciencia, resistencia, constancia e incertidumbre.

Vas a sentir impotencia ante la situación que tendrás que vivir, y no será poca, porque estás acostumbrada a encontrar soluciones para todos los problemas que te conciernen, pero acabarás teniendo que resignarte porque este problema te superará, y aunque parezca imposible, acabarás aceptando este hecho.

Tu peor enemigo adoptará la forma del tiempo, un reloj cuyas manecillas imparables van a avanzar de manera constante, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto.

Ante tanta inestabilidad te intentarás aferrar a la rutina, la cual se transformará en tu pilar fundamental y como consecuencia tu cuerpo activará el piloto automático, se adueñará de ti y acabarás funcionando cual robot en una fábrica, con movimientos calculados y metódicos, de manera inconsciente.

Otros momentos, de gran tristeza, marcarán este periodo; tu mente tratará de unir caras, nombres e historias a unas cifras que no pararán de aumentar y resonar por los medios de comunicación. La sensación de ser incapaz de unirlos te corroerá y una inmensa desesperación surgirá como resultado.

Te cansarás de oír frases cursis que intentan elevar los ánimos, cuyas intenciones son buenas, pero acabarás aborreciendo cualquier vestigio de buenismo que oigas.

Pese al carácter mundial de la crisis sentirás soledad, incomprensión, aislamiento. Tu mente tratará de jugarte malas pasadas, y el exceso de información al que te expondrás contribuirá también a hacerte sentir peor,

Todo esto no suena muy bien, mas no puedes encerrarte en ti misma, dejar que tus pensamientos te abrumen no es una opción. No podrás volver a como era todo antes, es un hecho, pero cuanto antes te des cuenta, dejes de lamentarte y comiences a agradecer por lo que aún tienes, podrás avanzar.

La vida sigue, tienes que evolucionar, desarrollarte, formarte, aceptar el pasado y mirar hacia el futuro, un futuro extraño e impreciso, pero al fin y al cabo, el que te toca vivir.

Inés, tienes que expresar lo que sientes, ya que solo pensarlo no sirve para nada.

No sabes lo que daría ahora por sentir su cálido aliento y su fuerte abrazo. Decirle cuánto le quiero y lo mucho que le extraño.

Abrázale como si no hubiera un mañana; porque el mañana siempre estará allí, pero quizá nosotros no podamos verlo.

Abrázale con todas tus fuerzas.