Hoy he soñado contigo, y ha sido algo increíble.
He sentido paz, solo por unas horas, pero sentía que estaba a salvo, por fin.
No era un gran sueño.
Solo estábamos tú y yo, en el patio, pero estaba vacío y parecía nunca acabar. Siempre eran las 11:11 y nuestro deseo de entender que nos pasaba.
Simplemente estábamos sentados en el suelo escuchando música. Había una libreta esperando a ser llenada, y una historia esperando ser contada.
Tú -ya podrás otro día- retumbaba en mi cabeza, como el ruido de mil tambores, y ese abrazo parecía que nunca podía acabar.
Tenía las gafas empañadas de llorar, pero a ninguno nos importaba. Solo hablábamos, y las palabras nunca se acaban
Pronto, pero volveré a verlo, aunque tenga que ser un sueño.