Todos leemos a diario, aunque muchos lo hagamos sin quererlo o, al menos, sin saberlo, pues todo aquello creado por el ser humano es reductible a la expresión escrita: la película al guion, la imagen a la descripción, la música a la partitura y las ecuaciones a los problemas matemáticos.

Tal es la importancia del texto que hablamos de historia a raíz del nacimiento de la expresión escrita y llamamos prehistoria a todo lo demás. Pero, aún más allá, los maestros griegos, romanos, egipcios, andalusíes o incluso renacentistas eran al mismo tiempo pintores, escultores, escritores, matemáticos, físicos y filósofos: eran artesanos de la cultura (como gusta decir Platón en los primeros libros de 'La República'). Sin embargo, quizás a partir del pensamiento ilustrado, comenzamos a distinguir entre los artesanos la gente “de letras” y la gente “de ciencias”.

Bajo índice de lectura

Hoy en día, en un país donde un 40% de la población (uno de cada cuatro habitantes) no ha leído ningún libro (según el 'Barómetro de hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2017' de la FGEE), tenemos que ser muy críticos para con un sistema educativo decadente que claramente ha fracasado.

Probablemente esta derrota del sistema se deba a cómo está planteado: busca preparar a los alumnos para un modelo de producción posfordista inexistente, encorsetando al profesorado en un temario concreto que tiene en cuenta entre poco y nada las necesidades o intereses del alumnado. Se trata de un mero trámite para seleccionar a aquellos alumnos “válidos” de entre la masa de “fracasados”.

Amar la lectura para comprender el mundo

En definitiva, y a modo de conclusión, hoy es más necesario que nunca recuperar a los artesanos de Platón y demostrar que todo se reduce a la palabra, a unas gotas de tinta en un trozo de papel, pues enseñando a amar la lectura para aprender, comprender y disfrutar las matemáticas, el dibujo, la historia o la física podamos recuperar el amor por el saber.

Enseñemos a ver el texto subyacente a la vida porque solo así podremos salvar “la cultura” más allá de la apariencia que rige nuestra sociedad.