El desperdicio de comida se ha convertido en un grave problema social y medioambiental de nuestro tiempo. Cada español arroja a la basura una media de 31 kilos de comida al año. Son más de 1.300 millones de kilos de alimentos, una cantidad suficiente para llenar 77 campos de fútbol

Para Edurne Caballero, presidenta del Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional - Cerai de Zaragoza, nos encontramos ante un «problema global» que se da en muchos países y tiene efectos a nivel mundial. «Tiramos a la basura aproximadamente un tercio de los alimentos que producimos», afirma. Al mismo tiempo, «821 millones de personas pasan hambre en el mundo y 40.000 mueren al día por falta de alimentos», añade.

Pero además, la industria agroalimentaria supone un 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo en cuenta su producción, transporte y distribución. Por lo tanto, si se evita que los alimentos acaben en la basura, también se reduce la contaminación y se detiene la crisis climática.

Una ley para evitar el mal uso de alimentos

Para acabar con el mal uso de los alimentos, el Gobierno de España prepara una nueva ley que vio la luz a final de septiembre y que se encuentra todavía en fase de proyecto. Esta ley introduce novedades destacadas para todos los agentes del sistema agroalimentario. Y es que un 40% del desperdicio de comida se produce en los hogares, otro 40% en la industria, un 5% en los supermercados, y un 15% en los restaurantes

Evento en Zaragoza para concienciar sobre el problema del despilfarro de alimentos en la sociedad actual. ÁNGEL DE CASTRO

Desde el Cerai consideran que la nueva ley es «interesante» porque saca a la luz el problema del desperdicio de comida e incluye medidas para todos los eslabones de la cadena alimentaria, aunque según Caballero, gran parte de la responsabilidad recae en las grandes superficies de distribución, «por el control que ejercen en la cadena».

Con la nueva normativa, entre otras cosas, el comensal podrá llevarse a casa las sobras del restaurante si lo solicita, los productos que vayan a caducar en el supermercado estarán en una zona separada y con un etiquetado diferente, y en las tiendas de alimentación más grandes se incluirá una línea de alimentos 'feos', es decir, aquellos que el consumidor rechaza por su aspecto pero que son perfectamente aptos para el consumo. 

Apuesta por la alimentación sostenible

Para Edurne Caballero, lo más relevante de la ley es que «nombra la importancia de incentivar la venta de alimentos de temporada, de proximidad y ecológicos». Según la presidenta del Cerai, más del 50% del consumo de alimentos en nuestro país está en manos de seis grandes cadenas de supermercados. Frente a esto, indica la especialista, «debemos primar el consumo en mercados de proximidad o en tiendas de barrio de toda la vida, donde los tenderos y las tenderas nos van a aconsejar sobre los alimentos que consumimos, cuáles tenemos que tomar pronto porque están a punto de ponerse malos o cuáles se pueden conservar más tiempo».

Tendero en un puesto de frutas y verduras de un mercado de proximidad de la ciudad de Zaragoza. CHUS MARCHADOR

"Debemos primar el consumo en mercados de proximidad y tiendas de barrio de toda la vida"

Caballero explica que hoy en día el sistema de autoservicio de los supermercados ha dejado todas estas decisiones en manos del consumidor, que a la hora de comprar se deja llevar por criterios estéticos; y critica que, en el mundo globalizado en el que vivimos, «los alimentos se han convertido en una mercancía, más que en un bien esencial para vivir y sobrevivir». «Valoramos los alimentos por su precio, en vez de por el trabajo y y por todo lo que cuesta producirlos y llevarlos hasta nuestras mesas, y hay alimentos que tienen un precio tan bajo que nos da igual tirarlos», reflexiona. 

Consejos para evitar tirar comida

Más allá de las normativas, reducir el despilfarro de comida es algo que nos atañe a todos y son muchas las cosas que los ciudadanos podemos hacer para evitar que la comida se convierta en un residuo. Una de las más importantes, según Edurne Caballero, presidenta del Cerai –entidad impulsora del evento ‘Zaragoza no tira comida’ y de la Estrategia de Alimentación Sostenible y Saludable del Ayuntamiento de Zaragoza–, es planificar el menú semanal con los platos que vamos a comer y comprar las cantidades que nos hagan falta

Reparto de raciones en el evento 'Zaragoza no tira comida' celebrado la última vez en el 2017 en la plaza del Pilar. ÁNGEL DE CASTRO

Cuando salgamos a comprar es recomendable mirar antes lo que ya tenemos en la despensa y en los armarios de la cocina y no dejarse llevar por las ofertas 2x1 si no lo necesitamos. También se pueden ordenar la despensa y la nevera dejando a la vista los productos que están a punto de caducar, para acordarnos de consumirlos antes de que se pase la fecha. En este sentido, Caballero recuerda que no es lo mismo la fecha de consumo preferente que fecha de caducidad: «En el primer caso indica que el alimento puede haber perdido cierta calidad, y la caducidad es cuando ya no es seguro consumirlo». 

Además, la presidenta del Cerai anima a ser creativos con los restos de comida y preguntar a las abuelas, «la reinas del aprovechamiento», para ver qué podemos hacer con ellos, como unas deliciosas croquetas o unos canalones.  Y por supuesto, «consumir y valorar los productos locales de temporada es básico, es más saludable para nosotras y más eficiente y sostenible para el entorno», concluye la experta.