Soy Alicia Sacristán, alumna de 2º de ESO del Centro San Valero de Zaragoza y os voy a hablar de mi afición: la danza. Es una disciplina artística dentro del baile conocida mundialmente, pero son pocos los que saben todo lo que conlleva. Digamos que es un arte en el cual se mezcla fuerza y elasticidad. Y, muy importante, debes expresar todo lo que sientes mediante movimientos. La exigencia de entrenamiento es realmente dura, con un mínimo de 14 horas semanales.

Aprendemos distintas clases de baile, como la danza española, la danza contemporánea y la danza clásica como especialidad principal. También hacemos preparación física, música, interpretación, repertorio, anatomía aplicada a la danza, maquillaje...

Conforme pasan los años la dificultad aumenta y se van sumando asignaturas. Hay un total de diez cursos en el conservatorio, cuatro de enseñanzas elementales y seis de enseñanzas profesionales. Además, también está el grado superior con un total de cuatro años. Para pasar de un ciclo a otro hay que superar una prueba eliminatoria, a la que se presentan chicos y chicas, no solo de Zaragoza, sino también de pueblos e la provincia. Hay muy pocas plazas... Yo me encuentro en primero de enseñanzas profesionales, cursando cuatro asignaturas.

Actuar ante el público

Durante el curso, una de las actividades que preparamos es una actuación de cara al público, bien en el Teatro Principal o bien en la Sala Mozart del Auditorio. Los profesores seleccionan una temática común y cada uno elige su música y crea su coreografía. Tenemos pruebas de vestuario, ensayamos y modificamos los pasos, hasta lograr una armonía perfecta.

Para mí lo más bonito y valioso es ir a bailar al teatro, donde la gente va a verte y puedes mostrar todos tus esfuerzos. Donde pasas horas preparándote, haciendo nervios, riendo, llorando... y todo eso para que quede reflejado en los escenarios.

Adaptación al covid

A causa del covid todo esto no se pudo realizar en el curso 2019-2020, algo que nos afectó a todos los bailarines. Digamos que se llevó una parte de nosotros, pero que poco a poco vamos recuperando.

Durante la cuarentena muchas cosas cambiaron. Al igual que en el instituto tenía clases ‘online’ todas las tardes, donde entrenábamos alrededor de dos horas. La verdad es que era algo gracioso vernos a través de una pantalla intentando bailar cada una en su casa en su habitación. Por suerte las cosas han mejorado y hemos podido volver a entrenar todos juntos.

Lo que más me gusta de la danza es bailar, repetir pasos, sentir, mejorar... con la música en directo del pianista acompañante. ¡Un lujo de clases! Gracias a esta actividad he conocido a gente maravillosa. ¡Algo que me encantaría sería poder bailar en una compañía viajando por el mundo de teatro en teatro!