Casi sin darte cuenta, pasas de mirar a tus padres con admiración y tener ganas de pasar todo el tiempo con ellos a preferir estar a solas en tu cuarto. Y pasas a valorar más la opinión de tus amigos y amigas, aunque los conozcas desde hace solo unas semanas; e incluso te molesta tener que salir con tus padres en público porque pueda parecer que eres un niño pequeño o una niña pequeña todavía. Es oficial, ha llegado la adolescencia y está aquí para quedarse. Serán aproximadamente cinco años de transición y no será fácil.

Además de la transformación de tu cuerpo, al que deberás aprender a querer y a cuidar, tu cerebro también está en plena «actualización de su software», y parece que trae un montón de parches y nuevas características. Esto supone nuevas perspectivas y habilidades, junto con un intenso deseo de encontrar tu propia identidad, sentirte libre, autónomo y capaz.  

Tienes ganas de oponerte por sistema a todo lo que te proponen tus progenitores, y sientes que vives en una constante injusticia. Pero, si por un momento te pones en su lugar, puede que ellos también se sientan confundidos y que muchas veces no entiendan tu actitud.

Estas son algunas claves que pueden ayudarte para mejorar la convivencia en familia y la relación con tu padres:

Clave 1: Come con tu familia

Participa en pequeñas rutinas familiares, como compartir la comida o la cena juntos. Aprovecha estos momentos para hablar de los temas que te interesan o preocupan con ellos. Lo agradecerán. Seguro que pasas más tiempo a solas o con tus amigos y amigas, y tu familia no sabe qué pasa por tu cabeza. Si, además, durante ese tiempo no utilizáis el móvil, será una oportunidad para tener una comunicación real, de calidad. 

Clave 2: Comunícate

Cuando aparece la adolescencia muchos padres y madres notan que se abre una brecha entre ellos y su hijo o hija. Aparece la frustración y la pregunta: «¿Por qué ya nunca habla conmigo?». Perciben que el deseo del adolescente es que se mantengan alejados o alejadas. Así que, ante esa sensación de «no saber qué hacer» puede que se cree una distancia que en realidad ninguna de las partes desea.

¡Abraza a tu familia! ¡Diles lo mucho que les quieres! Aunque también necesites que respeten tu espacio y que no te traten como cuando eras pequeño o pequeña, si rompes esa barrera y expresas tus sentimientos tu familia también lo hará. 

Clave 3: Negocia

Explica a tu familia la importancia que tiene para ti que escuchen tu punto de vista y que lo tengan en cuenta. Mantén una actitud respetuosa en las conversaciones, escuchando lo que tu familia tiene que decirte, eso demuestra madurez. En algunas cosas cederán ellos, en otras deberás ceder tú. Encontrad un punto intermedio. 

La adolescencia puede ser la etapa más difícil de la vida, pero también es una oportunidad de desarrollo y aprendizaje maravillosa. No lo olvides, no estás solo, rodéate de aquellas amistades que te cuidan y te tratan como mereces. Apóyate en tu familia, habla con ellos, disfruta de tiempo de calidad juntos, pero no olvides cuidarlos a ellos también. Cada momento que paséis juntos es único y no volverá a repetirse.