Sergio y David Gascón, nacidos en 1967 y 1969 respectivamente, son los primeros miembros de mi familia nacidos en la ciudad de Zaragoza. Recientemente tuve la oportunidad de poder entrevistar a ambos para poder comentar cómo ha sido la transición del campo a la ciudad en la familia Gascón. Tengo la ventaja de que uno de ellos es mi padre y el otro mi tío, así que fue fácil conseguir la entrevista.

Originaria de Fuendetodos, la familia Gascón es un ejemplo más de lo que está suponiendo el abandono de los pueblos y el crecimiento desmesurado de las ciudades. La historia de esta familia es similar a la de muchos españoles, que vivieron períodos complicados: guerras, crisis económicas, etc. y que con esfuerzo salieron adelante.

Comenzamos la entrevista hablando sobre los actuales vínculos con Fuendetodos, a lo que ambos respondieron claramente: «Ninguno de los dos tenemos relación alguna con el pueblo de Fuendetodos». Sin embargo ambos expresaron: «Nos da mucha pena no tener relación con el pueblo original de nuestra familia y sobre todo no tener ninguna casa donde poder pasar fines de semana o periodos vacacionales y poder vivir en un ambiente de pueblo».

Como entrevistador, me resultaba extraño esa ausencia de contacto con sus orígenes, así que les pregunté por los motivos reales: «Nuestro abuelo era el herrero de Fuendetodos, allí se había casado y tenía un hijo recién nacido». Hasta aquí todo parecía perfecto, un bonito pueblo, una familia, un buen trabajo, pero «lamentablemente, estalló la guerra civil en España, y sin saber muy bien el motivo, nuestro abuelo fue detenido y fusilado» . Y siguieron contando: «Esto hizo que nuestra abuela se viera obligada a dejar el pueblo y venir a Zaragoza, donde tenía algún pariente que pudo ayudarla a criar al pequeño, que tenía solo dos años cuando esto pasó».

Situaciones muy similares se vivieron en esa época en muchas familias. La guerra produjo muchos desastres que hicieron que familias enteras se rompieran y tuvieran que empezar de cero.

Y así ocurrió también con esta, mi familia: «Nuestra abuela dejó tras de sí todas las propiedades y posesiones que tenía en el pueblo, que nunca reclamó puesto que para ella, pasó a ser un pueblo maldito por lo que había ocurrido».

Durante el resto de la entrevista, me comentaron todas las dificultades que su abuela tuvo que pasar para sacar adelante a un niño tan pequeño en una ciudad que era desconocida para ella y sin casi ingresos económicos.

Ese niño pequeño era, como ya podrá imaginar el lector, el padre de Sergio y David, que según ellos «fue capaz de forjarse un futuro y sacar adelante a su madre en cuanto tuvo una cierta edad y un trabajo estable».

«A partir de ese momento, nadie se planteó volver al pueblo y la vida de la familia pasó a estar vinculada a la ciudad de Zaragoza», aseguraron.

Probablemente, hechos similares a estos hicieron que las familias españolas que vivían en los pueblos, pasaran a vivir en las ciudades. Las dificultades de vivir en un pueblo son a veces insalvables y esto hace que cada vez haya menos gente en el medio rural, con todo lo que eso supone. Es necesario volver a potenciar el medio rural y darle los recursos necesarios para que vuelva a tener la importancia de antaño y equilibrar la población urbana y rural. 

El relato de esta familia es uno más y muestra algunos de los motivos de la despoblación de las zonas rurales.