He oído muchas veces decir a los adultos la típica frase de «los jóvenes de hoy en día no sirven para nada, no hacen nada, solo salen de fiesta…», así que yo quiero decir cómo veo a la juventud en un futuro desde mi punto de vista.

Empezamos con dos o tres años en el colegio. No se nos exige nada hasta más o menos tercero de Primaria, cuando empiezan los exámenes. En tercero de Primaria, tienes ocho años. A esa edad ya se decide si somos inteligentes o no por lo que pone en un trozo de papel. Bueno, sigo, un niño que está atento en clase y se porta bien, saca Primaria adelante con buenas calificaciones. 

Y comenzamos con el instituto. Primero de la ESO se pasa con facilidad, segundo más o menos también, pero ya cuando llegas a tercero empiezas a agobiarte porque de repente tienes siete exámenes en cinco días, seis trabajos y muchos deberes, pero la típica respuesta de los profesores es «te crees que yo solo tengo una clase». Pasas a cuarto con una media de siete y te encuentras con que tienes que tomar la decisión de elegir ciencias o letras, con 15 años de edad, ya te estás jugando tu futuro, ya que depende de tu elección tendrás que volver a repetir Bachillerato, porque aparte lo que se espera de ti es que te saques una carrera porque como vas a ir a una FP si eso es para tontos.

Te sacas Bachillerato y te toca ir a una universidad (si es que te la puedes permitir) la cual da igual la carrera que elijas que con cuatro años no te sirve para trabajar porque tienes que sacarte un máster o lo que sea. Eso se puede convertir en unos seis o siete años con suerte. Acabas tus estudios con buena nota y con todo lo necesario para trabajar, pero cuando vas a presentarte aun trabajo, nadie te quiere porque no tienes un mínimo de experiencia.

Te encuentras con 24 años sin trabajo, sin casa y sin nada. A esa edad mis padres ya estaban casados, con trabajo y con un hijo. Hoy en día es muy difícil independizarse para los jóvenes, ya que una habitación de menos de diez metros cuadrados cuesta unos 600€ al mes en Madrid, por ejemplo. Cosa que un estudiante no se puede permitir.

Por otro lado está el paro: independientemente de lo que estudies, nadie te garantiza que vayas a tener un trabajo. Aparte, nadie se preocupa de la salud mental de los jóvenes. Más de 50.000 niñas han sido diagnosticadas en España de trastornos alimenticios, un montón de jóvenes sufren ansiedad… Necesitan psicólogos, pero no la mitad pueden permitirse uno, así que tienes que optar por la seguridad social, que si tienes suerte te dan la cita para dentro de cuatro meses.

Pero para la gente es más fácil decir que los jóvenes no valemos para nada, que estamos todo el día conectados a internet y lo de la salud mental ya lo dejamos para otro día.