VIDA EN LAS AULAS

El IES Comunidad de Daroca vive una gran experiencia educativa en Países Bajos

Estudiantes del centro han realizado un intercambio con un centro de Amersfoot, en Holanda

El alumnado del IES Comunidad de Daroca durante su viaje por Países Bajos.

El alumnado del IES Comunidad de Daroca durante su viaje por Países Bajos. / IES COMUNIDAD DE DAROCA

El Periódico de Aragón

El IES Comunidad de Daroca se ha sumado a la larga lista de institutos que en estos primeros meses del año están disfrutando de viajes al extranjero para realizar intercambios o en el marco del programa Erasmus+. En el caso de la localidad zaragozana de Daroca, los estudiantes de su instituto han podido disfrutar de esta gran experiencia educativa en Países Bajos, durante los últimos días de enero y la primera semana de febrero. Así han relatado los alumnos y alumnas su estancia en el país europeo:

Comienza el viaje

"El día 28 de enero los alumnos del IES Comunidad de Daroca comenzamos nuestra experiencia de intercambio con el IES ‘t Atrium en Amersfoort, Países Bajos. Nuestro viaje tuvo un comienzo un poco peculiar, ya que coincidió con una caída del sistema de la compañía aérea que nos hizo cruzar el aeropuerto de Madrid corriendo a veinte minutos de embarcar, pensábamos que íbamos a perder el vuelo. Por suerte, esto no ocurrió, aunque después de todos los nervios que pasamos, tuvimos que esperar más de dos horas en nuestra nueva puerta puesto que el vuelo se retrasó.

 Ese día pasamos un mal rato, pero todo cambió cuando el lunes fuimos al instituto de acogida y empezamos con nuestras actividades programadas. El alcalde de la ciudad asistió a una presentación general, en la que, además de todos nosotros (del IES Comunidad de Daroca) con nuestros correspondientes holandeses, había tres intercambios más. Allí también se encontraban compañeros de Florencia, Estambul y Mallorca. Fue muy motivador poder presentar nuestra zona a todos los presentes, que quedaron bastante sorprendidos. Es patente el valor que se le da a la multiculturalidad, los programas internacionales son realmente importantes porque aportan múltiples visiones del mundo. 

Los alumnos y alumnas zaragozanos en una de las aulas de su instituto de acogida.

Los alumnos y alumnas zaragozanos en una de las aulas de su instituto de acogida. / IES COMUNIDAD DE DAROCA

Un instituto muy diferente

El instituto era enorme comparado con el nuestro. Nos llamó la atención que allí tenían banderas hasta dentro del propio edificio. También las ventanas, había cristales en lugar de paredes que permitían ver lo que sucedía en todas las clases como si no hubiera límites entre ellas. Para aprovechar el espacio las perchas se colocaban fuera de la clase, lo que no suponía ningún problema porque desde dentro podías tener controladas tus cosas. Pensamos que es un rasgo de una cultura abierta, en la que todos disfrutan de participar en actividades juntos y en los que la confianza de unos en otros es esencial.

Aunque el centro era muy grande, no podemos decir lo mismo de sus escalones, al igual que sucedía en las casas, porque eran del tamaño del pie de un niño de 11 años: ¿Cómo una cultura con la mayor media de altura del mundo, y pies tan grandes, tiene escalones tan estrechos? Alguno de nosotros sufrió las consecuencias.

Además de la actividad de storytelling que realizamos el martes, también se organizaron diferentes torneos deportivos que todos disfrutamos, aunque a algunos no nos guste el deporte. Esa tarde, cada uno de nosotros con nuestro respectivo compañero o compañera preparamos unas cenas deliciosas y muy variadas (tortilla, macarrones, pizza, postres…).

Visita a Amsterdam

El miércoles era el día más esperado para todos, ya que íbamos a visitar nada más y nada menos que... ¡Amsterdam! Primero un crucero guiado por los canales con las curiosidades de los lugares por los que pasábamos. Después el museo de cera (Madame Tussauds), en el que se encontraban numerosos famosos que parecían prácticamente reales, fue genial. Más tarde, visitamos el Rijksmuseum en el que pudimos disfrutar de obras de arte realmente bonitas. Para terminar, visitamos la ciudad con nuestros acompañantes en nuestro rato libre.

En el aeropuerto de Amsterdam con las maletas a cuestas.

En el aeropuerto de Amsterdam con las maletas a cuestas. / IES COMUNIDAD DE DAROCA

Este fantástico día se acabó, pero aún quedaban un montón de cosas que hacer los dos últimos días. El jueves nos sorprendieron con unas clases de salsa, fue divertido bailar todos juntos. Además, tuvimos la oportunidad de poder hablar con JP de Kam, un doble especialista en escenas de riesgo en publicidad y películas que nos hizo una demostración de en qué consistía su trabajo y nos enseñó cómo realizar algunas actividades con fuego (padres, no sigáis leyendo), como por ejemplo apagar el fuego de una antorcha con la mano o… ¡Meter la antorcha en nuestra boca y apagarla! Sin duda fue algo increíble porque al empezar la actividad teníamos miedo de poder quemarnos, nos invitó a reflexionar sobre cómo podemos controlar nuestros miedos para superarlos.

Fiesta de despedida

Por desgracia llegó el viernes, lo que significaba que nos quedaba poco para volver a casa. Aunque la idea de irnos no nos hacía mucha gracia, tuvimos la suerte de que fuimos a patinar sobre hielo, para muchos iba a ser la primera vez. Aunque alguno que otro acabó en el suelo, nunca olvidaremos la experiencia.

Cuando acabamos, cada uno nos fuimos a nuestras casas con nuestros compañeros holandeses para preparar las maletas, cenar por última vez con nuestras familias y también para prepararnos para el plato final: ¡la fiesta de despedida! Todos los participantes en los diferentes intercambios nos reunimos para pasarlo bien y poner el broche final a nuestra inolvidable semana. Nos hicimos muchísimas fotos, nos dejamos la voz cantando y lo más importante, lo pasamos genial. Al día siguiente, con mucho dolor de corazón, llegó el momento de irnos.

Esta, para todos nosotros ha sido una de las mejores semanas de nuestras vidas que no vamos a olvidar nunca. En esta experiencia hemos podido conocer un nuevo país, pero también hemos añorado el nuestro, la gente, las costumbres. Muchas veces una parte importante de un viaje, es también el placer de volver a casa.

En una de sus últimas salidas, los estudiantes fueron a patinar sobre hielo.

En una de sus últimas salidas, los estudiantes fueron a patinar sobre hielo. / IES COMUNIDAD DE DAROCA

Echando de menos la comida y los coches

Lo que nos ha resultado más extraño ha sido la comida en general, nos ha costado adaptarnos a los horarios, los alimentos, y las cantidades. Hemos echado de menos a nuestras familias aunque nos ha gustado estar allí en otras casas con gente nueva. También nos hemos dado cuenta de que en España somos gente que da mucho afecto a los demás, allí son muy educados, pero se tratan de forma más fría y distante. ¿Qué es eso de darnos la mano y no plantar dos besos en las mejillas como dios manda?

Otra cosa que hemos echado en falta ha sido…¡nuestros coches! Sin duda uno de los factores más interesantes de estos viajes es aprender sobre la cultura y costumbres del país que te recibe. En nuestro caso, desde que se planteó el intercambio sabíamos que nos tendríamos que desplazar en bici a todos los sitios. En esos recorridos descubrimos que mayoritariamente todo eran calles impolutas y casas que desde nuestro punto de vista carecen de privacidad, ya que desde la calle cualquier persona puede verte. Sin embargo, nos habría gustado ir en coche para desplazarnos por la ciudad o ir al instituto, no tienen cuestas pero el clima no es el mejor para el ciclismo.

Para cerrar el artículo y la sección de cosas que hemos añorado, queremos hacer referencia al idioma. Nos hubiera gustado poder entender en todo momento a nuestras familias y compañeros, una vivencia como ésta nos hace ver lo importante que es poder comunicarse.

Estamos muy agradecidos de haber podido vivir esta experiencia y esperamos con ganas a que nuestros amigos y amigas holandeses vengan en abril a Daroca".