TÚ OPINAS

Mi miedo a crecer: el síndrome de Peter Pan

Muchos jóvenes sienten miedo e incertidumbre en su paso a la vida adulta y es algo que hay que aprender a gestionar

Un grupo de adolescentes paseando juntos.

Un grupo de adolescentes paseando juntos. / FREEPIK

Cristina Álvarez Moreno

Ahora que estoy en el momento de escoger el Bachillerato que quiero hacer, mirar qué asignaturas me ponderan y cuáles no en la EVAU, qué camino escoger, qué me gusta y qué no, me he dado cuenta de lo rápido que se me ha pasado el tiempo en la ESO.

El otro día hablaba con todos mis amigos sobre lo que cada uno haría al acabar 4º. Algunos escogen ciencias, otros sociales, unos cuantos decían que iban a hacer una FP y la mayoría no lo tenía nada claro. Me inquietó que todos hablaran con tanta seguridad y sin miedo, ninguno de ellos me dijo que estuviera preocupado.

Hace unos años tenía una obsesión con no tener la edad que tenía y sentía la necesidad constante de crecer para hacer "cosas de mayores". Sin embargo, el otro día, cuando me metí en el ordenador para comenzar a rellenar la prematrícula me di cuenta que esa necesidad de crecer se me había ido por completo. Ya no quería crecer, ahora quería volver a ser la niña que ve los dibujos animados por la mañana mientras desayuna, la niña a la que sus papás le dan la paga o la niña que les rechista para que le dejen salir hasta más tarde.

Supongo que está sensación que tengo yo de incertidumbre y de miedo en el paso a la vida adulta la han tenido y la tienen muchos jóvenes. Supongo que es normal que nos sintamos dudosos sobre lo que queremos hacer porque aún tenemos mucho que conocer y que el paso a la vida adulta nos de miedo porque es algo desconocido y lo desconocido siempre asusta. Todavía no soy mayor, ni mucho menos, soy consciente de que aún sigo siendo una niña, más bien una adolescente, apenas tengo 16 años pero quiero compartir está frase que leí hace unos meses. La anoté y guardé la nota en un cajón porque estaba agobiada con este tema de crecer: "Los niños están en contacto permanente con sus rodillas. Conocen sus costras, sus raspaduras, sus cambiantes moretones. Crecer es olvidarse de las rodillas".

Me he dado cuenta que ya no miro mis rodillas y en unos años ya casi ni me acordaré de ellas.

Quiero convertir ese miedo a crecer, en ilusión. Sé que crecer es muy bonito y que aunque dejemos muchas cosas atrás, voy a vivir cosas muy bonitas en mi vida adulta. Quiero estudiar, conocer gente nueva, viajar, aprender idiomas, vivir otras culturas, enamorarme, desenamorarme, caerme y levantarme. Eso sí, creceré sin olvidarme de mi infancia porque la necesito para continuar con mi camino. Ojalá pudiera hablar de este tema con mis amigos, mis compañeros, porque sé que seguramente ellos también tienen al menos un ligero temor a crecer. Creo que crecer implica aprender a vivir, y esto conlleva aceptar la incertidumbre y las ambigüedades que trae consigo la vida.

Por el momento debo permanecer tranquila y no obsesionarme con que estoy creciendo, por la simple razón de que tampoco puedo evitarlo.

Sé que cada época de mi vida va a tener algo bonito o me enseñará algo.

Mientras tanto, prometo cuidar y disfrutar al máximo de mi presente.