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Alerta máxima por sequía... o la última señal que nos envía el cambio climático

La falta de lluvias y altas temperaturas de esta primavera ha dejado a los ríos y embalses de Aragón en una situación crítica, con mucha menos cantidad de agua de la habitual en estas fechas

Aragón está en alerta por sequía tras una primavera de mucho calor y poca lluvia.

Aragón está en alerta por sequía tras una primavera de mucho calor y poca lluvia. / FABIÁN SIMÓN

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

Abril ha sido el mes más caluroso y seco de la historia desde que se tienen registros. Una situación que ha sumido a Aragón en una pertinaz sequía que ha echado a perder algunas cosechas y augura un verano de restricciones tanto en el riego como en el uso recreativo del agua (por ejemplo, las piscinas) si se mantiene la situación actual.

Ni siquiera las bajas temperaturas y las tímidas lluvias de estos días han mejorado una situación que tiene a los ríos y embalses de la comunidad bajo mínimos. Este mes de mayo, el río Ebro ha registrado su caudal más bajo de los últimos 110 años, de 31 metros cúbicos por segundo, cuando lo habitual en estas fechas son 240 metros cúbicos. 

También los embalses de la cuenca del Ebro se encuentran a la mitad de su capacidad en pleno mes de mayo. Un agua que es muy necesaria para la agricultura, la industria y las ciudades. 

El río Ebro a su paso por Zaragoza este mes de mayo, donde se ve claramente la falta de agua.

El río Ebro a su paso por Zaragoza este mes de mayo. / ÁNGEL DE CASTRO

Según el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón, Rafael Requena, la situación en la que nos encontramos es "bastante grave", ya que está siendo el año agrícola –que comienza el 1 de septiembre y finaliza el 31 de agosto-- más caluroso y el segundo más seco de la historia. 

"Los meses de marzo y abril apenas ha habido precipitaciones. En mayo estamos viendo algunas lluvias y una bajada de las temperaturas, pero falta la segunda mitad para ver si hay mejoría antes del verano", explica.

Las reservas en pantanos están muy mermadas y no es seguro que los agricultores vayan a poder regar en verano

La sequía meteorológica ha comenzado a notarse en el campo. "Sobre todo en el secano, hay muchos cereales que ni se han cosechado porque las espigas no han llegado a estar verdes", cuenta Requena.

El delegado de la Aemet indica que para estos cultivos ya es tarde y falta ver qué pasa con el regadío, ya que las reservas en pantanos están muy mermadas y no es seguro que los agricultores vayan a poder regar.

Los campos están secos y en los embalses hay poca agua para regar.

Los campos están secos y en los embalses hay poca agua para regar. / ANA LAHOZ

Un signo evidente del cambio climático

La alerta máxima por sequía deja a Aragón en estado de incertidumbre. "Lo de este año es totalmente anómalo, se separa completamente de lo que ha pasado hasta ahora", advierte Requena, que explica que los episodios extremos como las sequías e inundaciones van a ser cada vez más frecuentes.

Para el meteorólogo, esto guarda relación directa con el calentamiento global. Aunque el gobierno ya ha anunciado las primeras medidas para paliar las pérdidas de los agricultores, la lucha contra el cambio climático exige soluciones mucho más ambiciosas para su mitigación. La principal de ellas, según Requena, es reducir la emisión de gases de efecto invernadero, fundamentalmente de CO, porque la relación con la sequía y otros episodios extremos "es clarísima".

"No cabe ninguna duda de que hay una relación directa entre el calentamiento global y la actual sequía"

Según el meteorólogo, el calentamiento global ha ido poco a poco durante todo el siglo XX y a partir de la década de los 70 se ha disparado completamente. "Está claro, no cabe ninguna duda de que está relacionado con lo que estamos viendo hoy en día".

El experto asegura que "se están produciendo cambios espectaculares y ya veremos qué pasa a llegar a finales de siglo. Si con un grado más de media se están ocasionando todos estos fenómenos, si son dos o cuatro, el escenario puede ser totalmente diferente". Y recuerda que la variación media de la temperatura global durante las glaciaciones fue de solo 7 grados, en negativo.  

Posibles efectos: de los cultivos al llenado de las piscinas

La sequía ha comenzado a causar verdaderos estragos en el campo aragonés, donde primero se nota la falta de lluvia. La escasez de agua es un problema cada vez más frecuente en el clima mediterráneo, con un ‘efecto cascada’ que afecta a todos los sectores y también a la ciudadanía.

Uno de los primeros lugares en sufrir los efectos de la sequía es el campo, que está seco y además hay limitaciones para regar. Por tanto se recolectarán menos alimentos, como cereales, frutas y verduras. Si el precio de estos alimentos ya es caro por la inflación, al haber menos cosecha y la misma demanda, su coste podría dispararse y los consumidores acabarán notando los efectos de la sequía en sus bolsillos. 

El llenado de las piscinas peligra si se mantiene el tiempo actual.

El llenado de las piscinas peligra si se mantiene el tiempo actual. / EL PERIÓDICO

Por poner otro ejemplo, sectores como el del vino que tiene mucha importancia en Aragón ya han avisado de que sus cosechas se van a reducir por la sequía. La vendimia se suele realizar en Aragón en los meses de agosto y septiembre. Gran parte del vino que se produce en Aragón se exporta a otros países, por lo que los viticultores van a tener difícil vender sus productos en otros mercados.

En cuanto a las ciudades, la sequía también podría ocasionar problemas. Lo hará en forma de restricciones. En situaciones de emergencia, por orden de los ayuntamientos o del gobierno de la comunidad, no se puede regar ni llenar piscinas privadas. En el peor de los casos, las restricciones llegarían al agua de boca, expresión que hace referencia al agua potable que se utiliza en los hogares para beber y cocinar.