El Periódico del Estudiante

El largo camino hacia la igualdad

Miles de personas se manifestaron el 25N por las calles de toda España en el Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una lucha que no solo es contra la agresión física si no contra la del día a día

Cientos de personas se manifestaron en Zaragoza el 25N.

Cientos de personas se manifestaron en Zaragoza el 25N. / Miguel Ángel Gracia

Eva García

Eva García

Cuando todavía resuenan los gritos de miles de personas en las calles de toda España (también en las tres provincias aragonesas) recordando que “la vergüenza tiene que cambiar de lado”; y los datos que se conocen sobre violencia machista son cada día más preocupantes, la educación se convierte en el arma más poderosa para la eliminación de la violencia contra las mujeres; pero no la única. La concienciación y los cambios en la sociedad también son necesarios para lograr una igualdad real. Ni una más es una frase que lleva repitiéndose demasiado tiempo.

Cada diez minutos una fémina muere en el mundo a manos de su pareja o de un familiar. En Aragón, las llamadas de emergencia 24 horas ascendieron a 2.602 entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año, números similares a los del año pasado. Más de la mitad fueron por agresiones físicas, mientras que el maltrato psicológico rozó el 39% y las agresiones sexuales, el 7,5%, según datos del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM). A esto hay que sumar los datos de violencia vicaria.

Detrás de cada número hay una pesadilla, una mujer que sufre. La sociedad debe trabajar día a día para acabar con esa violencia de género que nace “de la desigualdad estructural” porque “parte de un sistema que reproduce desigualdades en todos los niveles: individual, comunitario e institucional”, asegura Diana Valero, directora del Máster de Relaciones de Género de la Universidad de Zaragoza. Las mujeres están en “posiciones de subordinación respecto a los hombres” en leyes y políticas pero también “en las normas culturales, los valores sociales y las prácticas cotidianas”. La violencia de género está alejada de la desigualdad económica porque “se da en cualquier nivel económico”.

Cada vez hay “más apoyo a las víctimas” y más conciencia de denunciar, sobre todo entre la juventud pero “no hemos roto con esas prácticas del sistema”, señala Valero; porque se siguen “modelos de masculinidades tóxicas” en lugar de otras, “romantizamos el control”, explica. ¿Quién no ha oído la frase de “si me lee los mensajes es porque le importo”? Esto, según la directora del máster “es ya violencia en sí misma”, aunque cuesta identificarla porque son prácticas cotidianas.

Asegura la experta que “todos estamos en contra de una agresión física, pero nos sigue costando” ver la violencia del día a día, “justificando agresiones e identificando amor por control”. Para revertir esta situación, la fórmula es “violencia 0 desde los 0 años”, remarca.

Juego 'Equality, camino a la igualdad', creado por el Movimiento Scouts Católicos d'Aragón y promocionado por el Instituto Aragonés de la Juventud.

Juego 'Equality, camino a la igualdad', creado por el Movimiento Scouts Católicos d'Aragón y promocionado por el Instituto Aragonés de la Juventud. / Gobierno de Aragón

Herramientas

Son muchos los centros educativos que trabajan en el día a día por promover esa igualdad; y también desde el Gobierno de Aragón. Con motivo del 25N, del Instituto Aragonés de la Juventud presentó un juego de sensibilización denominado Equality, un camino a la igualdad, destinado a jóvenes de 14 a 18 años, y creado y coordinado por el Movimiento Scouts Católicos d’Aragón. Se trata de un juego de mesa que ofrece herramientas para luchar contra la violencia de género y fomentar la igualdad en diferentes situaciones. Este juego está disponible en los Puntos de información Joven de las comarcas y el próximo año se prevé llevarlos a todos los centros educativos. Pero no es la única herramienta. Por ejemplo, Edelvives y la Policía Nacional han lanzado el cómic Los guardianes de la red, escrito por Santy Gutiérrez, para concienciar a toda la comunidad educativa sobre la seguridad digital y promover valores vinculados con la igualdad, la coeducación, la prevención de la violencia de género y la convivencia positiva.

Para Diana Valero estamos en la denominada “cuarta ola feminista” y como en las anteriores hay movimientos antifeministas. En muchos casos restan importancia a esas desigualdades, y se dan otras circunstancias, como las redes sociales y que hay “mucha más sutileza”, afirma. “Van a decir que no se nos puede decir que estamos guapas porque nos ofendemos”, o que ya la constitución señala que “todos somos iguales”, o que “no todos los hombres…”. En esto “estamos de acuerdo, pero la mayoría de agresores son hombres”.

Además, reconoce que “la visibilidad de ciertos logros puede enmascarar las desigualdades y perpetuar la idea de que la lucha feminista es innecesaria porque, dicen que “ya lo tenéis todo” o que “los discriminados son los hombres”. Y a esto se une la cultura de la desinformación o normalización de conductas machistas que se mueven por las redes sociales.

A través de ellas “hay nuevas formas de violencia de género, las ciberviolencias” o amplificación de ellas a través de las nuevas tecnologías, pero “las redes sociales no son el problema en sí, sino el uso que se hace de ellas”.

Pero solo con educación no se logrará eliminar la violencia de género, hacen falta cambios estructurales porque “no puede ser que se contrate como profesor, policía, etcétera, a un agresor sexual o a un maltratador” o que no existan protocolos en todas las entidades o que “sean desconocidos”. Y desde luego, “mayor conciencia social”, que crece poco a poco pero sigue siendo insuficiente. 

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